Cada año la producción de alimentos crece y el desperdicio alimentario también. Más de 700 millones de personas padecen hambre e inseguridad alimentaria. Esto es un fenómeno sumamente contrastante, pero ¿qué podemos hacer?. Aquí te comparto algunas recomendaciones de cómo puedes transformar algunos de los desperdicios que generas en casa, en comida.
De acuerdo con la Food and Agriculture Organization (FAO), cerca de 1 300 millones de toneladas se desperdician cada año. La producción de alimentos aumenta, pero la desnutrición y hambre en el mundo también lo hace. No es un tema de falta de recursos, sino de mala administración de estos y poca conciencia ambiental.
Por ello, año con año se generan nuevas propuestas que contribuyen a diseñar estrategias que permitan solucionar posibles problemas alimentarios. El “Residuo Cero” o “Zero Waste”, es un movimiento que busca la reducción y reutilización de objetos y productos, entre ellos los alimentos.
El Zero Waste es una estrategia que podría venir bien en la vida cotidiana de las personas, así podría generar un impacto positivo en la naturaleza. Aboga por las cinco erres: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y rot (compostaje).
Bajo estos parámetros, el movimiento de Zero Waste invita a reducir la cantidad de “desperdicios” para lograr mitigar los efectos de la crisis climática. Crear un nuevo modelo de producción y consumo, basado en otro tipo de economías, como la circular y en el desarrollo sostenible, nos permitirá redirigir el cauce de lo que puede ser una gran catástrofe.
Algunas empresas que están desarrollando nuevas tecnologías para transformar los alimentos son:
Algunas recomendaciones generales para evitar el desperdicio alimentario en casa son:
Son una excelente manera de utilizar los sobrantes de las materias primas. Por una mala organización o a veces por las prisas, olvidamos utilizar algunos ingredientes que son complejos de manipular. Una forma muy sencilla de utilizar los productos orgánicos como los trozos pequeños de algunas verduras o alimentos que requieren mucha preparación es licuarlos. Así podrás hacer una crema, una sopa o bien un consomé de verduras.
Se pueden utilizar para elaborar una mermelada, solo necesitas cocerlas en agua con mucha azúcar. Obtendrás una deliciosa mermelada que podrás utilizar todas las mañanas para el desayuno. No requiere de mucho tiempo, ni de muchos ingredientes adicionales. Solo necesitas la cáscara de tres naranjas para hacer una porción decente.
Puedes hacer una especie de “carne mechada” con la cáscara del plátano. Da una textura similar y podría ser una excelente opción para tus Lunes sin Carne. Solo necesitas eliminar la parte interna de la cáscara para evitar que sea muy dulce. Después cortar en tiritas muy finas y cocer en aceite. La puedes sazonar con aceite de soya, pimentón y comino.
Cuántas veces no te ha pasado que haces pollo desmenuzado o un filete de pescado que no te acabas. Algo que puedes hacer para evitar que se quede en el fondo del refrigerador es cortarlo y acompañar tu ensalada. Esto te podrá motivar a comer mejor y no dejar de comer proteína. Lo mismo puedes hacer con pedazos de frutas que se suelen quedar arrumbadas. Todo en ensalada es más práctico, rápido y nutritivo.
Aunque suene raro puedes hacer unos tremendos muffins con los residuos de algunas verduras o inclusive con sus cáscaras. Solo necesitas agregar harina y leche para poder hacerlos. Muffins de betabel, zanahoria o calabazas son una excelente opción rápida. Una vez que hagas la masa, hasta la puedes cocer en microondas. No necesitas de hacer todo el proceso tan pesado.
A muchas personas no les gusta comer tallos y hojas de algunas verduras como la zanahoria, betabel, espinaca, apio, etc. Sin embargo, puedes hacer un increíble pesto que no te tomará más de cinco minutos hacerlo. Solo necesitas lavarlas, secarlas, triturarlas y acompañarlas de aceite de oliva y nueces o almendras.
La mayoría de los tubérculos se suelen pelar, sobre todo por la creencia de que como estaban bajo tierra aún están sucios. Pero está comprobando que puedes lavarlos bien y comerlos con cáscara y nada pasará. Pero si a ti te gusta pelarlos, no tires las cáscaras, sirven perfectamente para hacer huevo revuelto o chips de cáscara. Solo necesitarás freírlos u hornearlos con un poco de aceite de oliva y quedarán crujientes. Una botana sana y muy práctica.
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