Adaptógeno es la nueva palabra de moda en las tendencias de salud y bienestar. Los hongos (y más allá de los mágicos) se han vuelto super populares como suplementos, a tal punto de ser considerados la nueva ola de las superfoods. Esto es porque se les atribuye la capacidad de mejorar el rendimiento físico y contribuir a regular los niveles de estrés y ansiedad. Pero, exactamente ¿qué son los hongos adaptógenos?
Desde que el aclamado documental Fantastic Fungi salió a las pantallas en 2019, se ha destapado la realidad de que sabemos muy poco sobre el universo fungi y hemos aprendido en todo este tiempo que estos organismos son verdaderamente fascinantes. No sólo poseen la capacidad de limpiar derrames de petróleo, sino que también pueden ofrecer beneficios extraordinarios para la salud.
En este documental revelador, se explora la idea de que ciertas especies de hongos pueden reforzar el sistema inmunitario de manera general, mientras que otros podrían tener propiedades para combatir el cáncer y prevenir la demencia.
“Un investigador descubrió que el hongo Melena de León estimula el crecimiento de los nervios, postulando que podría ser un tratamiento eficaz contra el Alzheimer”, explica Paul Stamets, micólogo estadounidense que es uno de los protagonistas del documental.
Las culturas orientales han mostrado un entusiasmo constante por los hongos comestibles, tanto en contextos culinarios como de salud. En la tradición oriental Ayurvédica, el consumo de hongos adaptógenos es una práctica arraigada que se remonta a siglos atrás. Los hongos, ricos en umami (que es el “quinto sabor” japonés) son parte integral de la dieta y de la medicina tradicional china, donde especies leñosas como el reishi son a menudo recetadas.
En contraste, Occidente ha mantenido una actitud más ambivalente hacia los hongos. A pesar de que el científico británico Alexander Fleming descubrió la penicilina, un grupo potente de antibióticos derivados del hongo Penicillium, hace más de 80 años; fue hasta en 2014 que el micólogo Paul Stamets, conocido por su investigación que después se convirtió en una charla TED “6 Formas en que los Hongos Pueden Salvar al Mundo”, describió a los hongos como “fábricas farmacéuticas en miniatura de la naturaleza”.
Este intrigante cruce entre la sabiduría oriental y la nueva ola de descubrimientos científicos occidentales promete abrirnos a un mundo de posibilidades para la mejora de nuestra salud.
Recientemente, un artículo revelador publicado en The New York Times titulado ¿Son los Hongos el Futuro del Bienestar? (Are Mushrooms the Future of Wellness?) ha puesto de manifiesto el creciente interés, especialmente entre los estadounidenses, en los tratamientos de hongos adaptógenos para abordar deficiencias inmunológicas, potenciar el rendimiento cerebral, regular hormonas y combatir el estrés y la ansiedad. Pero, ¿qué son exactamente los adaptógenos?
Los adaptógenos son alimentos que se adaptan a las necesidades individuales de cada persona y ayudan a enfrentar diversos tipos de estrés, ya sea físico o mental. Han sido utilizados durante siglos en la medicina oriental y el Ayurveda. Estos elementos poseen propiedades antiinflamatorias, inmunoestimulantes, equilibradoras de hormonas y tonificantes del sistema nervioso. Además, mejoran la energía, la cognición y reducen la ansiedad.
Aunque no todos los alimentos clasificados como adaptógenos ofrecen cada uno de estos beneficios, es común encontrar aquellos que apoyan al organismo de diversas maneras.
En el amplio espectro de los hongos, encontramos verdaderos tesoros de bienestar. Variedades como Chaga, Shiitake, Himematsutake, Melena de León y Reishi son consideradas superalimentos adaptógenos, gracias a sus abundantes beneficios para la salud. Estos hongos no solo son ricos en antioxidantes, fibra, proteínas, selenio, potasio y vitamina D, sino que también ofrecen propiedades adaptógenas únicas.
Los principales hongos adaptógenos (y los beneficios que ofrecen) son:
Reishi: Conocido como “la reina sanadora,” este hongo es aclamado por sus propiedades para reducir el estrés y la fatiga.
Chaga: Reconocido por su alto contenido antioxidante y beneficios para el sistema inmunológico.
Coriolus: Junto al Chaga, este hongo se incorpora en productos que aprovechan sus propiedades antioxidantes y su capacidad para respaldar el sistema inmunológico.
Lion’s Mane o Melena de león: Este hongo, conocido por su capacidad para promover la regeneración de nervios periféricos, se utiliza para mejorar la concentración y la claridad mental. Son populares entre quienes buscan un impulso cognitivo.
Cordyceps: Mejora la agudeza física y el rendimiento físico.
Tremella: Este hongo, apodado “oreja de plata,” es reverenciado en Asia por sus propiedades beneficiosas para la piel y el intestino.
Shiitake: Además de su sabor culinario, los shiitake son elogiados por su contenido de vitamina D, selenio y zinc, beneficiosos para la salud de la piel.
De acuerdo al propio artículo de The New York Times detalla los destacados beneficios asociados con la integración de hongos adaptógenos en la rutina diaria. Desde el fortalecimiento del sistema inmunológico hasta la mejora de la concentración mental y la calidad del sueño, estos superalimentos han emergido como elementos esenciales para el bienestar. Los hallazgos presentados en la investigación subrayan la importancia de incorporar estos hongos en la dieta y la suplementación, resaltando su impacto positivo en la salud física y mental.
Los hongos adaptógenos, especialmente reishi, chaga y coriolus, son reconocidos por sus propiedades antioxidantes y beneficios para el sistema inmunológico.
Lion’s Mane y cordyceps son aliados en la mejora de la concentración, memoria y claridad mental, mientras que cordyceps puede contribuir a la agudeza física.
Tremella, shiitake y otros hongos adaptógenos ofrecen beneficios internos y externos, promoviendo la salud de la piel y el intestino.
Reishi, considerado el “curalotodo” de los hongos adaptógenos, no solo reduce el estrés y la fatiga, sino que también puede mejorar la calidad del sueño, aumentando las fases de sueño profundo.
La versatilidad de los hongos adaptógenos se refleja en la variedad de alimentos y bebidas funcionales disponibles en el mercado.
La forma más común para consumir hongos adaptógenos (y encontrarlos) es a través de suplementos nutricionales que vienen en polvo, en extractos medicinales o en gomitas masticables. Es mucho más común consumirla en suplementos, porque es una opción más cómoda y demuestra resultados de forma más rápida.
Puedes mezclar a su vez estos productos para preparar algunas bebidas. Desde polvos medicinales hasta mezclas de té o café con hongos, e incluso bebidas listas para tomar como el cold brew y la leche de avena con hongos, hay opciones para todos los gustos y preferencias.
Al considerar las diversas formas de consumo de hongos adaptógenos, se revela su potencial para mejorar la respuesta y adaptación de nuestro organismo a las condiciones ambientales, para reducir los niveles de estrés, mejorar el descanso y revitalizar nuestra energía en general.
Estos pequeños orgánicos de la salud y el bienestar, en forma de hongos funcionales, ofrecen una invitación abierta a explorar sus beneficios. Si aún no has experimentado sus efectos, ¿qué estás esperando para hacerlo?