Abigail Mendoza, cocinera tradicional zapoteca, recibió el galardón en Artes y Tradiciones Populares. Ha sido reconocida como portadora y transmisora de saberes tradicionales y patrimonio biocultural de la gastronomía mexicana.
La maestra Abigail fue reconocida con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2022 en la categoría de Artes y Tradiciones Populares. Este prestigioso galardón celebra su destacada contribución al enriquecimiento del acervo cultural mexicano.
Su maestría en la cocina la ha convertido en algo más que un referente gastronómico.
La maestra Abigail ha sido especialmente reconocida por su dedicación, entrega y extraordinario talento en los fogones.
Cultura explica que el reconocimiento se basa en la contribución significativa de Abigail al progreso de las Artes y Tradiciones Populares, evidenciado en la manifestación de saberes y tradiciones en su vida cotidiana, ceremonial y ritual. Su impacto no solo fortalece la identidad zapoteca de su comunidad, sino que también proyecta la riqueza cultural de México a nivel global.
En la tarde de hoy, la Secretaría de Cultura le entregará el galardón en el Palacio de Bellas Artes.
Originaria de Teotitlán del Valle, en la región central de Oaxaca, Abigail inició su conexión con la cocina muy chiquita, a los cinco años, moliendo granos de maíz con una piedra de río que le regaló su padre. A pesar de que su familia se dedicaba a la confección de alfombras, Abigail se sumergió en los secretos culinarios zapotecas.
Desde antes de cumplir seis años, ya preparaba tortillas con su madre. Le gustaba ayudar en casa, así que durante los recreos de la escuela, corría al molino a preparar la masa para las tortillas. Abigail nunca terminó la primaria, pues para ella valía más ayudar en las labores domésticas, específicamente avivar el fogón, echar las tortillas y darle de comer a sus hermanos.
Su compromiso con la cocina la llevó a ser una experta en preparar el chocolate-atole a los 16 años, un platillo que se ha convertido en insignia de su cocina, junto con los secretos para hacer un excelente mole.
Impulsada por la influencia de su padre, decidió inaugurar un restaurante para compartir sus exquisitos platillos y su característico sazón con los visitantes. Tlamanalli, cuyo nombre significa “Dios de la comida” en náhuatl, ha alcanzado reconocimiento a nivel mundial, siendo elogiado incluso por The New York Times. En este establecimiento, los comensales pueden deleitarse con auténticos manjares oaxaqueños, como el mole y los atoles.
La maestra Abigail también jugó un papel esencial en el reconocimiento de la gastronomía oaxaqueña como Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en 2010.
En 2005, un grupo de académicos y profesionales del turismo se propuso elevar la cocina mexicana a la categoría de Patrimonio Intangible de la Humanidad. Elaboraron un documento enfocado en la cocina de Oaxaca y la persistencia de las técnicas ancestrales junto con ingredientes endémicos.
Abigail Mendoza, con su profundo conocimiento de las técnicas zapotecas, desempeñó un papel clave en la construcción de este expediente, a pesar de que la propuesta inicial fue rechazada por la UNESCO.
No obstante, los esfuerzos perseveraron, y en 2010 se presentó un segundo intento, introduciendo un nuevo paradigma culinario ante las Naciones Unidas. El humo de la cocina tradicional oaxaqueña y los utensilios de piedra volcánica que Abigail utilizaba para moler sus ingredientes proporcionaron el contexto necesario para este nuevo esfuerzo.
El reconocimiento internacional no se detuvo ahí. En 2019, Abigail Mendoza apareció en la portada de la revista Vogue.
Fue elogiada como “una de las cocineras tradicionales más respetadas y admiradas, no solo de México sino del mundo”.
Como corolario de su destacada carrera culinaria, en julio de 2023, Abigail Mendoza viajó a Francia con su familia, donde recibió la insignia de caballero en la Orden del Mérito Agrícola en la Residencia Francesa, como parte de las festividades del Día Nacional de Francia en México. Su contribución a la promoción y preservación de la gastronomía mexicana ha trascendido fronteras, consolidándola como una figura central en el orgullo culinario y cultural de México.