La fécula de maíz o también conocida como maicena, es un producto muy utilizado en la cocina. También es conocido como harina de almidón de maíz y es un ingrediente creado originalmente para la repostería, sin embargo, es más frecuente ocuparlo para otras actividades y técnicas culinarias. Aún existen muchas dudas de su existencia. ¿Para qué sirve? ¿Es un producto saludable o es dañino? Aquí podrás responder algunas de estas dudas.
La maicena se obtiene del endospermo del grano de maíz, esto es que se obtiene de la parte con mayor valor nutrimental. La parte que recubre al grano y está compuesta principalmente por carbohidratos sintetizados, de este se obtiene una harina que servirá para muchas recetas. Puedes hacer pizzas, pastas, pasteles, pan e inclusive sopas y helados con este producto.
El proceso de elaboración de la fécula de maíz consiste en retirar la cáscara del grano para después remojar con agua. Se busca obtener una mínima fermentación y luego moler, después se elimina el exceso de agua y se seca por completo. Obtendrás una harina fina y muy blanca que funciona perfectamente como un espesante, gracias a su elevado contenido de almidón.
La maicena unida a un líquido condensa la composición de la mezcla, es decir, espesa el líquido. Gracias a las largas cadenas de moléculas de almidón que tienen, cuando se calientan y humedecen se expanden por todo el líquido para tener una consistencia más densa.
El valor de este alimento industrializado no se destaca por tener altos índices nutricionales de proteínas, fibras, vitaminas y sobre todo minerales (yodo y potasio). En comparación con la harina de maíz y de trigo, la maicena solo posee un mayor valor energético (381 kcal) y una mayor cantidad de carbohidratos (91.27 grs por cada 100 grs).
Su relevancia radica en la fécula de maíz no contiene gluten y tampoco grasas, es un gran referente para personas que padecen enfermedades celíacas. Un alimento rico en almidones que aporta fácilmente la cantidad de calorías diarias con un poco de su consumo.
Aunque es cierto, que aporta una buena cantidad de minerales, los más destacados están a la par en comparación con las otras dos harinas. Destacan el sodio (9mg) y el fósforo (27mg) por encima de las demás harinas.
La problemática de este producto radica en la frecuencia que lo consumimos sin darnos cuenta, pues varias de las preparaciones tradicionales de casa y de muchos restaurantes la utilizan en sus recetas. Lo que provoca que consumamos en excesos un producto con alto contenido de carbohidratos y calorías. En cantidades controladas es un producto que beneficia la salud y contribuye al control de colesterol.
La maicena es posiblemente uno de los alimentos más utilizados en la cocina. Se usa tradicionalmente como un espesante, un producto que ayudará a tener una textura y consistencia específica. En la cocina, se suele emplear como una “liga” que disuelta en un líquido genere una textura específica. También como un excelente sustituto para algunos productos lácteos e inclusive para hornear.
La ligazón es una técnica culinaria que se utiliza para dar una consistencia densa a un líquido. Se usa principalmente en la elaboración de salsas, sopas, cremas e inclusive en algunos guisados. Proporciona una textura más concisa y ayuda a que el alimento sea más apetecible. Para ligar debes hacerlo mientras el líquido está hirviendo y viertes la ligazón (maicena diluida en agua) mientras remueves vigorosamente.
Otro de los usos cotidianos de la fécula de maíz en la cocina es mediante la panadería y repostería. Al ser un producto con grandes beneficios para las personas que padecen enfermedades celíacas y para los intolerantes al gluten, resulta ser un producto salvador. Aunque para obtener una consistencia similar a la harina de trigo, los pasteleros recurren a gomas como la xantana, un producto con muchas implicaciones para la salud.
Uno de los usos más recientes que se le dan al almidón de maíz es en la elaboración de helado. Pues contribuye a establecer una consistencia más sólida y una textura suave. Su uso en este tipo de productos, crea un interesante debate, pues al usar fécula de maíz en el proceso de elaboración de helados se elimina el uso de grasas, por lo que se reduce las calorías.
En la cocina vegana, la fécula de maíz toma un papel preponderante. Tanto para guisados como para productos de panadería y repostería, el uso de fécula de maíz toma una profunda relevancia. Sustituye fácilmente al huevo, gracias a su composición química y la textura que ofrece. Necesitas dos cucharadas de fécula para sustituir un huevo.
La consistencia de las masas no cambiará en absoluto, por el contrario tendrás un pan más suave y compacto. Es recomendable que en cualquiera de estos usos, se diluya en agua, pues permite un manejo más práctico y evita los grumos.
La fécula de maíz es un ingrediente versátil y valioso en nuestra alimentación. Su capacidad para espesar, hornear y cocinar lo convierte en un recurso fundamental en la cocina, pero su importancia va más allá de lo culinario.
Aporta beneficios nutricionales significativos al proporcionar energía, fibra y otros nutrientes esenciales. Pero sobre todo se destaca como un excelente recurso para sustituir otros productos más dañinos, sin embargo, es de vital importancia usarla con moderación, en una dieta balanceada y con un estilo de vida saludable.