Todos aman el pan mexicano tradicional, en la mañana, en la tarde o en la noche, no puede faltar en la mesa de cualquier familia mexicana. Fiestas, velorios, convivios, sustos y cualquier reunión, el pan estará presente. Nos acompaña de camino al trabajo, haciendo ejercicio o inclusive, antes de dormir.
El pan es universal y en todas sus maravillosas presentaciones, es símbolo de la gastronomía mundial, un producto que nos une como humanos. Hoy en el Día Mundial del Pan, queremos honrarlo compartiendo una lista de 7 piezas de pan mexicano tradicional que pocos conocen.
La panadería en México es una profesión muy antigua y que se remonta a la conquista española. Gracias a los españoles que trajeron el trigo, los mexicanos pudimos ponernos creativos e inventar. La panadería y los mexicanos se convirtieron en una mancuerna inquebrantable y gracias a la creatividad mexicana, se pudieron reconfigurar diferentes creaciones que las hicimos nuestras. Como ejemplos, el cuernito y los polvorones, recetas clásicas europeas que las adaptamos a nuestros recursos y circunstancias.
Para homenajear a nuestra panadería mexicana, hemos hecho una lista de deliciosos panecitos. Panes con mucha historia y adornan las más icónicas panaderías clásicas de la Ciudad de México, así como de otros pueblos y ciudades. Con nombres por demás peculiares y que forman parte de nuestra cultura gastronómica tan rica.
También conocido como yoyo es uno de los panes más vistosos que podrás encontrar en las panaderías clásicas. Es una bola gigante, cubierto de mantequilla y azúcar. Como su nombre lo dice, el beso está compuesto cuando dos mitades se unen simbólicamente con un beso de mermelada. Un pan sumamente poético y que será la mejor forma de decirle a alguien que la quieres, llenando su panza.
La panadería mexicana tradicional se distingue por tener nombres prácticos y muy graciosos. Esta no es la excepción, el calvo es un pan cubierto por encima de chocolate y con un aro de coco. La figura emula perfectamente a un calvo, siendo el coco sus pelos y en medio queda al descubierto su calvicie. Un pan perfecto para los amantes del coco, también lo pueden hacer cubierta glaseada o de fresa. Uno de los clásicos que ya no se ve tanto en el estante.
Pan hecho con manteca de cerdo, lo cual hace que tenga gracias a la cocción una textura crocante. Emula perfectamente a una masa de hojaldre que durante el horneado cubrirán con azúcar. El pan queda brillante y muy crocante. Un pan aplanado originario del estado de Yucatán, a pesar del nombre, no tiene mucho que ver con el estado. Su forma rectangular invita a devorarlo de una sola mordida, pero no te vayas a ahogar, ya que su masa crujiente es un poco dura. En cada estado lo preparan de diferente forma, alargado, corto, huecos, ovalados o rectangulares, pero la receta es básicamente igual. Un pan en peligro de extinción que valdrá la pena valorar para poder seguir disfrutando.
Casi como una galleta, este pan tendrá como base una masa quebrada llena de mucho sabor y estará cubierto de un glaseado de azúcar o de chocolate. Una galletota de mantequilla y huevo que no podrás dejar de comer. Su nombre se debe a su figura que es semejante a la de un espejo, además el glaseado tan blanco y brillante, es casi como si lo fuera.
También es conocido como cochinito o puerquito piloncillo, seguramente es el más conocido de nuestra lista. Un panecito hecho con piloncillo y canela, que le da su color característico. El nombre está por demás explicarlo, pero su historia es muy interesante. Pan originario de la huasteca potosina, conocido como chichimbre, de aquí algún convento de monjas tomó de inspiración y creó este divertido pan. Es sumamente especiado, en la Ciudad de México, suelen hacerlo con un poco de clavo para darle un toque especial.
Antiguamente conocido como Ojo de Pancha. Aunque no hay una historia clara del nombre, se cree que es porque se asemeja al ojo de un animal, es por ello que se le cambió el nombre a ojo de buey. Un pan crujiente en el exterior y suave en el centro. En el centro es una masa de panqué de vainilla, mientras que en el exterior es una masa apastelada o paloteada, que se hace con manteca vegetal. La textura del pan es curiosa, pues es una combinación de texturas muy especial.
Chilindrina
Las chilindrinas son muy parecidas a las conchas tradicionales, la diferencia radica en la cubierta. Tiene unas bolitas de azúcar morena, azúcar cristal y canela que se endurecen en el horneado. Bolitas que repartidas en todo el pan parecen pecas en una cara. Gracias a este pan se nombró al personaje del Chavo del 8, pues era muy parecida por sus pecas. En sí el nombre de chilindrina es como antiguamente se llamaba o se refería a los chistes o chascarrillos.
La panadería mexicana tradicional sigue vigente en nuestra cotidianidad y es parte de nuestro patrimonio cultural. Un legado de generación en generación, del cual los mexicanos nos debemos sentir muy orgullosos pues ha contribuido al desarrollo económico de familias y como símbolo de identidad mexicana.
Honremos a la reja, ladrillo, estibo, cemita, enrollado, pambazo, feite, pan agrio, danesa, pan de muerto, muégano, cocol, pan de yema, coyota, pomuch y mucho más, como parte de nuestra historia. Un legado gastronómico que nos une a través del tiempo y de la distancia.
Disfrutemos el día mundial del pan, consumamos local y preservemos nuestras tradiciones. Si te gustó esta nota sobre las 7 piezas de pan mexicano tradicional que pocos conocen, te invito a que visites nuestro canal de Youtube, donde podrás aprender a hornear un Pan de Muerto Clásico.