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Emociones = Malestares gastrointestinales | Créditos: Nadia Núñez @naddnuk

¿Por qué somatizamos nuestras emociones en malestares gastrointestinales? Platicamos con una experta

Por Ameyalli Roskaritz

La conexión entre nuestras emociones y nuestra salud física a veces puede ser asombrosamente evidente. ¿Quién no ha sentido malestares gastrointestinales en un escenario de incertidumbre? Y ni hablar del dolor de panza que llega después de pegar un coraje. No hay nada más molesto que esa sensación dolorosa e incómoda cuando estamos nerviosos o molestos. Es como un retortijón, pero con ardor, con inflamación y añádele como la cereza del pastel el estrés que ya estamos sintiendo.  ¡Es insoportable!

Aunque es completamente normal reconocer que nuestra salud física y emocional estén conectadas, no deja de ser molesto cuando nuestro estómago decide hablar por nosotros.

Si este es tu caso, no te preocupes: sírvete un tecito, prepárate alguno de estos snacks colitis-friendly y échale una hojeada a este artículo, que hoy platicamos con una experta en el tema para entender por qué somatizamos nuestras emociones con malestares gastrointestinales y cómo podemos manejarlo de la mejor manera posible.

Ansiedad y estés, los principales causantes de malestares gastrointestinales

Malestares estomacales

La ansiedad y el estrés son a menudo subestimados, pero pueden tener un impacto real en nuestra salud. Por ejemplo, se ha encontrado que entre el 40% y 50% de las personas que sufren del síndrome de intestino irritable también experimentan ansiedad o depresión. 

Los problemas intestinales son cada vez más comunes, y no solo se relacionan con la alimentación, sino también con aspectos psicológicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que México tiene uno de los mayores índices de estrés laboral en el mundo, el que afecta  a alrededor del 75% de su población. Esta situación sin lugar a dudas puede estar teniendo impacto directo en nuestra salud digestiva.

No es sorprendente que la colitis esté afectando a un rango más amplio de personas, incluyendo a jóvenes de entre 15 y 25 años que comienzan a mostrar síntomas de estos padecimientos digestivos. Aunque el grupo de edad más afectado sigue siendo el de 30 a 45 años. 

El intestino es nuestro “segundo cerebro” y por esta razón también procesa las emociones

Nuestro sistema digestivo no solo se encarga de procesar la comida, sino que también tiene su propio sistema nervioso (conocido como sistema nervioso entérico) que actúa como un canal de comunicación bidireccional entre nuestro cerebro y el sistema digestivo.

Malestares estomacales

La Dra. Eliana Carolina Morel, experta en Gastroenterología del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara “Fray Antonio Alcalde” nos explicó en entrevista que: 

 “El sistema digestivo tiene receptores neuronales que reaccionan ante diferentes neurotransmisores que se liberan a nivel cerebral, como la dopamina, noradrenalina y serotonina. Estas sustancias (al ser secretadas) no solo afectan al cerebro, sino también al sistema digestivo”. 

Este fenómeno es lo que ha llevado a que el intestino sea llamado de una forma medio cariñosa como “el segundo cerebro”.

No es un capricho emocional, los síntomas son reales 

Los síntomas que experimentamos en el sistema digestivo y los malestares gastrointestinales en respuesta a nuestras emociones no son un mero capricho. Los síntomas son reales y se tienen que acompañar desde una atención multifactorial y empática. 

El origen de este padecimiento puede venir de muchos lados. En primer instancia, existe una predisposición familiar. O sea, que si tú sabes que tu mamá sufre de colitis nerviosa es muy probable que tú también lo llegues a desarrollar si no le pones atención. También puede interferir haber sufrido eventos traumáticos en la infancia o el estar inmersos en entornos que son constantemente estresantes, como el hogar, la escuela o (especialmente en) el trabajo. 

La Dra. Morel indica que “La liberación de neurotransmisores, como el cortisol, durante momentos de estrés y ansiedad, puede manifestarse en una variedad de malestares y  síntomas incómodos el sistema digestivo.”

Malestares estomacales

Los síntomas más comunes son:

  • Dolor abdominal
  • Distensión abdominal
  • Náuseas
  • Estreñimiento
  • Dolor en la boca del estómago
  • Diarrea

La naturaleza de los síntomas varía según la emoción predominante y los neurotransmisores liberados. 

¿Cómo sanar la relación entre nuestras emociones y nuestro intestino?

No debemos subestimar el papel de nuestro estilo de vida en la salud digestiva y emocional.

El primer paso para tratar alguno de estos desequilibrios en la interacción del eje intestino – cerebro es acudir a un especialista para poder descartar cualquier causa orgánica de los síntomas. A partir de ello, debe de adaptarse un enfoque multidisciplinario y empático que seguirá tres ejes importantes para regular los síntomas:

  • Acompañamiento de terapia cognitiva-conductual
  •  Si es necesario, se pueden recetar fármacos neuromoduladores
  • Se debe establecer protocolo de nutrición adecuado

Salud digestiva Malestares gastrointestinales

4 claves para mejorar la relación entre tu intestino y tu sistema nervioso

Cuidar de tu salud digestiva y emocional no solo implica reconocer la interacción entre el cerebro y el intestino, sino también adoptar un estilo de vida que promueva su equilibrio. La Dra. Morel nos comartió las cuatro claves con las que podrás fortalecer esta conexión y experimentar un bienestar general mejorado:

  1. Hacer actividad física: El ejercicio regular no solo beneficia a tu cuerpo, sino también a tu mente. La actividad física ayuda a reducir el estrés y a mejorar la función digestiva al promover una mejor circulación sanguínea.
  2. Llevar una alimentación balanceada: Una dieta rica en nutrientes es esencial para mantener la salud digestiva. Incorpora una variedad de alimentos que proporcionen vitaminas, minerales y fibra para favorecer un sistema digestivo saludable.
  3. Buena higiene del sueño: Dormir las horas recomendadas (de 6 a 8 horas) es crucial para el funcionamiento adecuado de tu sistema nervioso y digestivo. El sueño reparador contribuye a regular las hormonas relacionadas con el apetito y el estrés.
  4. Actividades recreativas: Encontrar actividades que te brinden alegría y liberación de estrés es esencial. Puede ser cualquier cosa, desde practicar un pasatiempo que amas hasta pasar tiempo al aire libre o realizar ejercicios de relajación.

Aunque estas pueden ser unas recomendaciones generales que a nadie le hace daño acatar, es importante que a la menor duda acudas con un experto para que pueda acompañar tu caso y, con ayuda de un experto, puedas cultivar una relación más armónica entre tu mente y tu sistema digestivo, para promover así un bienestar integral.