Seguramente has probado tartas y pasteles deliciosos y bien crujientes ( que se deshacen en la boca). ¿Sabías que detrás de esas delicias se encuentra un ingrediente mágico llamado masa quebrada?

Cuando la base es tan deliciosa como un quiche o una tarta dulce, seguro es porque se preparó con masa quebrada. Suavecita, quebradiza y con mucho sabor, puede prepararse en tres versiones: brisée, sablée y sucrée. Estas versiones tienen nombres franceses, ¡pero eso no implica que no sean fáciles de entender!

La masa quebrada es como la capa mágica que sostiene muchos postres y platos sabrosos. Es famosa por ser quebradiza, o sea, se deshace fácilmente. Se usa para hacer tartas dulces y saladas, y también para hacer galletas. Imagina que es como una cama cómoda donde pones tus ingredientes favoritos.

Un clásico de la repostería francesa

La historia de la masa quebrada nos transporta a las cocinas llenas de aromas y sabores de la antigua Francia. Este ingrediente, tan versátil y querido en la repostería actual, tiene sus raíces en la tradición culinaria de ese país europeo. Su nombre original, “pâte brisée”, se traduce al español como “pasta brisa”, lo cual refleja su delicadeza y facilidad para desmoronarse con solo tocarla.

Se dice que las primeras versiones de esta masa aparecieron en los registros gastronómicos del siglo XVI en Francia. La masa quebrada, con su característica textura quebradiza y su sabor suave, pronto se convirtió en un elemento esencial en la creación de tartas dulces y saladas. Las cocinas de los monasterios y conventos desempeñaron un papel fundamental en la creación y evolución de esta masa, ya que las monjas y frailes experimentaron con ingredientes locales para crear deliciosas preparaciones que llenaran los paladares de la época.

Con el tiempo, la masa quebrada trascendió fronteras y se convirtió en un componente fundamental en la repostería de diversas culturas.

Cómo hacer Masa quebrada, para tus postres

Si deseas añadir un toque casero a tus creaciones reposteras, aquí te presentamos una receta sencilla para hacer tu propia masa quebrada en casa. ¡Prepárate para explorar un mundo de sabores y texturas con esta versátil masa!

Estas son algunas de las recetas que puedes considerar para utilizar tu masa quebrada:

1. Tarta de frutas
2. Quiche de espinacas y queso
3. Tartaletas de chocolate
4. Quiche de jamón y queso
5. Tarta de manzana
6. Galette de verduras
7. Tarta de limón

Ingredientes:

• 250 g de harina de trigo
• 125 g de mantequilla fría, cortada en cubos pequeños
• 60 ml de agua fría
• 1 pizca de sal

Procedimiento:

1. En un tazón grande, mezcla la harina y la pizca de sal.
2. Agrega la mantequilla fría a la mezcla de harina y usa tus dedos para desmenuzarla hasta que la mezcla tenga una textura de migas de pan.
3. Agrega el agua fría poco a poco y mezcla suavemente hasta que la masa comience a unirse. No amases demasiado; solo mezcla lo suficiente para que la masa forme una bola.
4. Envuelve la masa en film transparente y refrigérala durante al menos 30 minutos antes de usarla. Esto ayudará a que la mantequilla se enfríe nuevamente y permitirá que la masa sea más fácil de manejar.

Consejos para una Masa Quebrada Perfecta:

1. Mantequilla Fría: Asegúrate de que la mantequilla esté bien fría antes de mezclarla con la harina. Esto es esencial para lograr la textura quebradiza deseada.
2. Trabaja Rápido: Evita amasar demasiado la masa, ya que esto puede activar el gluten y hacer que la masa sea elástica en lugar de quebradiza.
3. Refrigeración: Enfriar la masa en la nevera antes de estirarla es fundamental. Esto permite que la mantequilla se endurezca nuevamente y hace que la masa sea más fácil de manejar.
4. Harina al Estirar: Al estirar la masa, espolvorea un poco de harina en la superficie para evitar que se pegue. Sin embargo, no exageres, ya que demasiada harina puede hacer que la masa se endurezca.
5. No Estirar Demasiado: Estira la masa solo lo suficiente para que quepa en tu molde. Estirarla demasiado delgada puede hacer que se rompa al moverla.
6. Personaliza el Sabor: Si estás haciendo una tarta dulce, puedes agregar azúcar a la masa. Si es salada, ajusta la sal según tu gusto.

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