En una casa mexicana que se respeta se le pone chile a todo. De que a los caldos, a los guisos y hasta a las frutas (que puedes probar en estas salsas), pero ¿qué pasa si se te pasó el picante en la comida y no puedes comerte a gusto tus chilaquiles porque la salsa está inaguantable ? Tranquilo, no es el fin del mundo, porque podemos buscar remedios para descubrir cómo quitarle lo picoso a la comida.
En realidad, desde hace más de cinco siglos el chile ha sido un ingrediente fundamental en la cocina mexicana y es algo que no va a cambiar. El chile es parte de la gastronomía de México y se utiliza en la mayoría de las preparaciones, ya sea en trozos, rajas, salsas o adobos, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Y bien sabemos (y estamos muy acostumbrados a) que un buen guiso mexicano lleva siempre algún grado de picor. Pero hay veces en las que subestimamos la intensidad del chile y terminamos con un guiso extremadamente picoso, que nos hace sudar y hasta llorar, como si estuviéramos viendo un drama coreano. Lo bueno, es que también podemos disfrutar de todo su sabor sin sufrir por el picante.
Afortunadamente, hay varios trucos que puedes utilizar para disminuir la intensidad del picante en tu comida. Te compartiremos algunos de los más efectivos para que puedas disfrutar de tus platillos favoritos sin sentirte abrumado por el picante.
Acá te dejamos algunos tips para que sepas cómo quitarle lo picoso a la comida. Eso sí, cada solución debe de adaptarse al tipo de receta que estés preparando.
Al diluir el guiso o salsa con más líquido, se reduce la concentración de picante. Además, esto puede ayudar a extender el platillo si se quiere servir a más personas.
Las verduras, como zanahorias, cebolla, tomate o pimiento, pueden ayudar a suavizar el picante. Esto se debe a que su sabor y textura pueden equilibrar el picante y, al mismo tiempo, agregar más nutrientes al platillo.
Las papas pueden absorber parte del picante, por lo que agregar algunas rebanadas de papa al guiso puede ayudar a suavizarlo. Además, las papas son un excelente espesante natural para el guiso.
La leche o la crema pueden contrarrestar el picante, especialmente si se trata de un guiso o salsa cremosa. Agregar un poco de leche o crema también puede darle un sabor más suave y aterciopelado al platillo.
Además de añadir una textura crocantemente deliciosa, las nueces o semillas, como el maní, pueden ayudar a equilibrar el picante y agregar un sabor extra al platillo. Además, las nueces y semillas son una buena fuente de proteínas y grasas saludables.
Es una solución un poco evidente, pero no te preocupes de que vaya a arruinar el sabor de tu platillo. En realidad, agregar un poco de azúcar o miel puede equilibrar el sabor picante y dulce del guiso o salsa. Esto puede ser especialmente útil si el picante es muy intenso y está abrumando los otros sabores del platillo.
El jugo de limón o vinagre pueden darle un sabor ácido al platillo que ayuda a equilibrar el picante. Además, esto puede ayudar a realzar otros sabores en el guiso o salsa.
El queso puede darle un sabor cremoso al platillo que equilibra el picante. Además, el queso derretido puede ayudar a espesar el guiso o salsa.
Agregar un poco de bicarbonato de sodio puede neutralizar el picante en el platillo. Este es un truco que suele usarse para equilibrar los sabores en las salsas, ya sea que estén muy ácidas o picantes. Sin embargo, es importante agregarlo con precaución, ya que puede alterar otros sabores en el platillo si se usa en exceso.
Estos tips para saber cómo quitarle lo picoso a la comida son una salvación para esos momentos que nos toman desapercibidos, pero es importante recordar que lo mejor es siempre ir probando la comida ir ajustando el sazón y el nivel de picante. ¡Prueba, prueba y prueba! Así no te llevarás sorpresas desagradables a la hora de servir.