La langosta roja de río se considera un manjar y según Carlos Medina, fundador y CEO de Progaia, una empresa que se dedica a proyectos de alimentación sustentable, una de las mejores especies marinas para que practiques acuaponía en casa, ya que es una especie relativamente fácil de mantener.
Además su carne es más saludable que los productos del mar tradicionales, ya que es alta en proteína y baja en grasas, colesterol y sal.
Por si fuera poco, la langosta es un alimento rico en nutrientes, especialmente en proteínas de alto valor biológico, que favorecen el desarrollo de músculos sanos.
Por otra parte, como es rica en yodo, beneficia el metabolismo y ayuda al buen funcionamiento de las células de nuestro cuerpo, por lo que se recomienda en las primeras etapas de crecimiento.
Su aporte en zinc es indispensable para fortalecer el sistema inmunitario pues previene enfermedades cardiovasculares.
El zinc también es necesario para mantener tus huesos fuertes, ya que previene la osteoporosis, y favorece la circulación sanguínea.
Y como casi no tiene carbohidratos ni grasas, es ideal en la dieta de deportistas y para combatir el sobrepeso.
La carne de langosta es un gran protagonista en platos de pasta como los ravioles, también la podrás encontrar como complemento de ensaladas y platos de mariscos, o como plato principal, gracias a su carne húmeda y firme, dulce y delicada.
Además con langosta puedes preparar sopas, asarlas a la parrilla, cocerlas al vapor, y freírlas tanto dentro de su caparazón como fuera de él.
Pero tal vez la receta más reconocida y al mismo tiempo, fácil a nivel mundial y que es una garantía de que podrás apreciar su contundente sabor sin muchos agregados, es la langosta termidor.
Su nombre procede de uno de los meses de verano en el calendario republicano francés. El término, además, hace referencia al periodo de la Revolución Francesa que comprende la caída de Robespierre y en la que se establece el Directorio.
Progaia, la empresa de Carlos Medina, está ofreciendo un curso a través del cual podrás criar tus propias langostas en casa, además de que, cuando salgas de ahí, tendrás tu primer tanque y tu primer ejemplar.
En el curso se abordan:
Según Miguel Angel Armas, patrono fundador de La fundación Barrio Unido, que disponen de las instalaciones de cultivo de langostas en traspatio y colaboran con Progaia:
“Al tomar este y otros cursos para producir tu alimento y llevar a cabo lo que aprendes en ellos, contribuyes a reducir la huella de carbono de la alimentación de tu familia, ya que sus productos no viajan cientos de kilómetros a tu mesa”.
También aumentas la densidad de nutrientes de lo que consumes, ya que muchos alimentos se cosechan antes de su maduración, para aumentar la vida de anaquel.
Utilizas sistemas que ahorran hasta 90% de agua respecto a los métodos tradicionales y te aseguras de utilizar agua potable al producir tu alimento, ya que muchas veces, en los productos comerciales, se usan aguas negras o tratadas, con los riesgos a la salud que eso conlleva.
Y además acortas la cadena de distribución de alimentos, con la reducción del impacto que conlleva, de productor – distribuidor mayoritario – central de abasto – distribuidor minoritario – usuario final; a productor – usuario final.
Nos cuenta Carlos Medina: “Originalmente producíamos vegetales para vender a los restaurantes de la zona de Coyoacán en el 2006, pero los chefs y restauranteros, al conocer que se cultivaban en una azotea y visitarla, quedaron fascinados y solicitaron se construyeran proyectos similares en sus azoteas”.
“De ahí se diversificó la oferta a invernaderos productivos, luego noté que era viable producir otros tipos de alimento y que todo se producía a una fracción del costo y con los beneficios antes descritos, por lo que, desde el 2018, enseñamos las técnicas e instalamos centros de producción de todas las formas viables de alimento en cualquier espacio de la ciudad”.
Carlos Gabriel Medina Contreras estudió Física en la Facultad de Ciencias de la UNAM motivado por la inquietud que lo impulsaba desde niño de “inventar cosas nuevas que ayudaran a la humanidad”.
Fundó Progaia en 2008, con la propuesta de construir sistemas de sustentabilidad alimenticia en las poblaciones.
Desde entonces, Carlos ha participado en diferentes programas de radio y televisión, además de aparecer en las páginas centrales de importantes revistas de negocios. También fue nominado por New Ventures México para participar en el programa Generación de Impacto.
Ha colaborado con entidades gubernamentales locales y federales, como el DIF de Durango para asesoría de comunidades rurales, la SEP, como asesor de Ecología de los Consejos de Participación Escolar de 230,000 escuelas o la CONANP de Campeche para capacitación de comunidades.
Pero su influencia no sólo se queda en nuestro país. La ONU Hábitat lo invita a dar talleres y conferencias de manera continua en sus eventos y Endeavor (una de las aceleradoras de empresas más importantes del mundo, con presencia en América, África y Medio Oriente) lo eligió para participar en el proceso de selección como Emprendedor Endeavor.
La actividad de PROGAIA es instalar invernaderos y sistemas de producción de alto rendimiento de vegetales, hongos, algas y cualquier forma de alimento viable para autoconsumo o venta, de hogares, restaurantes, escuelas, comunidades, asilos, orfanatos y hasta en el sistema penitenciario de la CDMX, donde sirven como terapia ocupacional e forma de ingresos para los internos.
“Construimos espacios rentables de producción de alimento, buscando el mayor rendimiento de productos por área a través de nuestros sistemas. El propósito es la sustentabilidad alimenticia de las personas. Lo logramos a través de crear sistemas donde la vida y personas estén en simbiosis para generar alimento, por ello nuestra misión es: ‘Ayudamos a la vida a servir a la vida’”.
Ante la crisis alimentaria en ciernes y la silenciosa toxicidad de lo que consumimos incrementando desde hace años, la autosuficiencia alimentaria pasa de ser una idea hippie anacrónica, a una opción real para resolver los problemas de incremento de precios en alimentos y mejora de nuestra salud.
Es así que con iniciativas como Progaia, recuperamos nuestra soberanía ante la inseguridad alimentaria, utilizando la tecnología para cultivar algo tan exótico como la langosta, desde 1 metro cuadrado de espacio, que más que un lujo, se vuelve el comienzo de un estilo de vida más próspero y saludable.
Así que si ya se te antojó criar langostas en casa, mira todos los datos para asistir al curso este fin de semana aquí.
Y si quieres conocer otra alternativa de alimentación sustentable de traspatio, pasa por aquí.