Hace calor, pero no por eso tenemos que olvidarnos de lo dulce. Y la carlota de piña es uno de esos postres frescos, sin horno, fáciles de hacer y deliciosamente dulces que se antojan más en esta temporada.
La carlota (del francés Charlotte), es una tarta que debate su origen entre francés o inglés, de la segunda mitad del siglo XVIII.
Los que defienden su origen en el Reino Unido lo describen como un postre popular entre los cortesanos, similar a una tarta o trifle inglés que se preparaba en un molde tapizado con pan recubierto de mantequilla o trozos de pan brioche, con un relleno de compota de fruta cocida y requería horneado.
La receta fue alterada a principios del siglo XIX para convertirse en un postre frío, popular entre las clases altas que podían costear el transporte de hielo.
El origen de su nombre podría deberse a la reina Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, esposa del rey Jorge III del Reino Unido.
Otra de las teorías establece que el chef francés Marie-Antoine Carême adaptó la receta inglesa convirtiéndola en un postre frío y la renombró como Charlotte à la parisienne o Charlotte parisienne, tomando el nombre de la princesa Carlota Augusta de Gales, hija única del rey Jorge IV del Reino Unido.
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