Sin duda, uno de los regímenes alimenticios más controvertidos es la dieta keto y quizás quieres experimentarla para perder peso, antes de que lo hagas, te tenemos algunos datos importantes.
El principio es reducir al mínimo el consumo de carbohidratos, moderar las proteínas y priorizar las grasas; esto con la intención de que el cuerpo aproveche sus reservas y las queme. Esto, aunque suena muy bien en la teoría, tiene sus letras pequeñas, tanto buenas como malas.
Consultamos el libro Recetas Keto publicado por Larousse Cocina y obtuvimos información importante de María Barbara Ramírez Munguía, autora y experta en nutrición y gastronomía.
Lo más importante: este modelo alimenticio no es para todas las personas. Está explícitamente contraindicada para personas con diabetes tipo 1 y tampoco está recomendada para personas embarazadas o en lactancia. Además, un especialista debe hacer una valoración de tu estado de salud para saber si te funcionará o no.
Tampoco deberás hacerla por tiempos muy prolongados; los especialistas recomiendan un máximo de tres meses.
Generalmente, la pérdida de peso es muy significativa en las primeras semanas pero esto no será constante; acostumbrar a cuerpo a funcionar sin energía inmediata y en lugar de esta aprovechar las cetonas supone pérdida de agua, que al final deberás reponer. Ten paciencia, aunque parezca rápido, no lo es.
Puedes padecer algo llamado gripe keto que no es en realidad un resfriado pero tiene síntomas muy similares como cansancio, dolor de cabeza, e irritabilidad.
Es importante conocer los macronutrientes contenidos en nuestros alimentos para hacerla con éxito. Acá te va una tabla de los porcentajes tanto en una dieta normal como en keto.
Macronutrientes | Dieta convencional | Keto |
Carbohidratos | 50-60% | 5-10% |
Grasas | 30-35% | 65-75% |
Proteínas | 20-25% | 20-25% |
La recomendación es arrancar una dieta keto con un máximo de 20 gramos de carbohidratos por día aunque estos datos varían de persona a persona. Como la cantidad de grasa aumentará sustancialmente, es importante que sea de calidad: preferir las vegetales y los ácidos grasos contenidos en pescados, por ejemplo.
Al entrar en este régimen es importante leer las etiquetas de los alimentos procesados ya que la mayoría tienen carbohidratos escondidos para potenciar sabor, incrementar el volumen o conservarlos.
El consumo de frutas es restringido: la recomendación es solo recurrir a las bayas o frutos rojos. Ingredientes como el huevo, los embutidos o el queso serán aliados importantes para la sensación de saciedad y evitar así los atracones que genera la ansiedad por falta de azúcar.