El cobre es muy preciado para cocinar y por eso es importante saber cómo curar los utensilios hechos con este material, ya que es muy importante conservar todas sus propiedades y belleza estética, además de mantenerlo libre de óxidos que pueden dar mal sabor a la comida.
Específicamente, en el caso de los utensilios que serán usados para la cocción y entrar en contacto con los alimentos, debes seguir ciertos pasos a fin de que la suciedad que pudiera resultar del taller, depósito o transporte no altere la inocuidad de los alimentos.
Si llegas a omitir este proceso puedes encontrarte con que tu cazo pega la comida, no da un buen sabor o se deteriora muy rápido.
Curar tus utensilios de cobre
El primer paso es curar la pieza de cobre. Es un proceso indispensable, laborioso pero muy sencillo:
- Exprimir el jugo de tres limones y mezclar con una cucharadita de bicarbonato de sodio y un cuarto de cucharadita de sal molida.
- Tallar con la espuma que se forma y una de las piezas de limón que exprimiste, tanto por dentro, como por fuera y en las asas y orillas.
- Para limpiar por fuera, será más fácil colocar la sal y el bicarbonato en un plato y llenar el limón con ellos antes de tallar.
- Quedará un residuo verde que hay que tirar.
- Lavar a conciencia con esponja suave y jabón detergente no iónico (o en gel). Hacer abundante espuma y aplicar con movimientos suaves y repetitivos.
- Dejar reposar dos minutos y luego repasar para disolver todas las grasas o suciedades que pudiera haber.
- Enjuagar con abundante agua.
- Secar con un paño de algodón o toalla de papel absorbente y dejar secar al aire.
Cuidado posterior
Las próximas limpiezas no deberán ser tan profundas, ya que la propiedad antiadherente y antiséptica del metal hace que su lavado sea fácil y práctico.
Aun así, el cobre requiere un mínimo mantenimiento y limpieza regular para evitar que se acumulen sobre él oxidaciones verdosas y/o opacidad.
- Lavar cualquier utensilio de cobre inmediatamente después utilizarlo para evitando que pase mucho tiempo con restos pegados.
- Retirar cualquier residuo con una servilleta de papel
- Lavar con esponja suave y detergente líquido.
- Enjuagar con abundante agua para evitar que queden residuos de jabón.
- No se recomienda el uso de soluciones cremosas, pulidores o anti-grasas, ni limpiadores en polvo.
- Secar con un paño de algodón o servilleta de papel, frotando toda su superficie para absorber el agua restante y darle brillo.
- Terminar de secar al aire y guardar en una alacena o estantería para evitar las manchas verdosas.
- Si estas aparecen, limpiarlas antes de cocinar o entrar en contacto con alimentos.
Recuperar el esplendor de tus utensilios de cobre
¿Te gusta exhibir tus utensilios de cobre en las paredes o sin protección contra el medio ambiente? Tal vez esa sea la razón por la que adquieren opacidad, así como manchas verdosas y azuladas.
Este óxido se forma en situaciones de humedad, contacto con el medio ambiente en climas húmedos, en especial cuando se han limpiado con alguna sustancia, luego de haber cocido ciertos alimentos y una limpieza y secado deficientes.
Pero no te preocupes. Eliminar las manchas de óxido es relativamente sencillo y hay muchas recetas para contrarrestarlo.
- Hacer una mezcla de jugo de limón natural y sal, de forma que quede una consistencia cremosa espesa.
- Aplicar insistentemente, puliendo en círculos y abriéndote hasta el doble del tamaño original de la mancha.
- Mantener el movimiento hasta que la pasta seque y vaya actuando mientras el trapo o esponja lo absorbe.
- Dejar actuar dos minutos.
- Pasar un trapo húmedo para eliminar el exceso, lavar con esponja y jabón, cuidando eliminar bien todos los residuos de jabón.
- Frotar con un paño de algodón o esponja seca.
- Almacenar en una alacena o sitio fresco y seco.
En este caso, si no tienes limón a la mano, lo puedes reemplazar con vinagre, preferentemente de vino o manzana. Y si quieres conocer los beneficios de cocinar con cobre, para por aquí.