Olla podrida, qué nombre tan singular para una receta, ¿no es así? Para muchos, podría sonar incluso repulsivo, pero debes saber que hay tres lugares en el mundo que llaman así a tres platillos que guardan ciertas similitudes.
La madre de todas es la receta española, pero se ha ido tropicalizando con los ingredientes de cada zona.
En Burgos, España, es un guiso de alubias rojas preparado tradicionalmente en una cazuela de barro con carnes como morcilla, chorizo, costilla, panceta, oreja, rabo y pata, relleno de huevo.
En Lima, Perú, le llaman olla podrida a una sopa a base de carne, tubérculos y verduras que se ha hecho tradicional en la ciudad de Lima, sobre todo los días jueves.
La olla podrida española es considerada la madre de todos los pucheros y cocidos actuales. Y ya aparece con este nombre en recetarios del siglo XVI.
También aparece en clásicos de la literatura universal como en El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, del español Miguel de Cervantes Saavedra, donde la cita Sancho Panza, o Las aventuras de Gargantúa y Pantagruel, del francés, François Rabelais; que, por si no lo sabías, es el creador de la acertadísima frase: “Barriga llena, corazón contento”.
Además de exportar los pucheros y cocidos a Latinoamérica, los españoles también lo llevaron por otros países europeos. En Francia se llama Pot-au-feu, u olla al fuego, Bollito misto, en Italia; y Hollopotrido, en Alemania.
Cuéntanos qué te parece esta receta de Olla podrida. Y si te quedaste con ganas de más datos curiosos e históricos sobre gastronomía, conoce los Mitos y realidades del pozole.