Rellenar o no la botella de pet, ese es el dilema. A muchos no nos gusta usar y tirar este material que es tan contaminante y nos sentimos menos culpables haciendo refill antes. Otros sólo queremos ahorrar.
Pero a raíz del rumor de que si rellenas varias veces tu botella de PET te puedes enfermar, muchos de nosotros lo pensamos dos veces pues a nadie le gusta la sensación de corre que te alcanzo.
¿Se puede? Claro que sí. ¿Te vas a morir o te va a dar una enfermedad grave? No. Asegurar que solo por rellenar las botellas de PET estás condenado a una vida de medicamentos es una aseveración sacada de contexto. Te explicamos:
Según el doctor Rubén González, responsable del laboratorio de reciclado de plástico del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) de la Universidad de Guadalajara, el hábito de reutilizar las botellas sin haberlas lavado y desinfectado previamente está ampliamente difundido.
El doctor afirma que la humedad y el calor son buenas combinaciones para acelerar el crecimiento de microorganismos patógenos así que si las vas a rellenar, primero hay que lavarlas.
Otro factor que hay que tomar en cuenta es cuánto tiempo ha estado expuesta esa agua a dichos patógenos, que incluso pueden proceder de tu saliva.
Después de 20 minutos que tu saliva o alguna otra materia orgánica tocó la botella, las bacterias suspendidas encuentran sus nidos en las fisuras que comienzan a generarse con el uso, comenzando a reproducirse.
Y no, tampoco es dañino dejarlas en el coche o al rayo del sol.
El doctor González recomienda no reutilizar una botella de PET más de cinco veces, debido además a los microorganismos que desprende nuestra saliva y que el agua que nos venden tampoco está completamente limpia, “pero si la usan una o dos veces, en realidad no pasa nada”.
Por su parte, el doctor David Contreras López, Profesor-Investigador en Tecnología de Polímeros del Departamento de Ingeniería Química de la División de Ciencias Naturales y Exactas en la Universidad de Guanajuato, Campus Guanajuato, agrega que existe un estudio realizado en la Ciudad de México en el 2016, que mostró que la mitad de las botellas de agua de PET contenían bacterias.
“El agua es el soluble universal, es decir, que es el elemento que tiene más potencia para absorber las características de cada envase que la contiene”.
“Lamentablemente cada vez hay más información de que contaminantes externos en las plantas de envasado que puedan entrar en contacto con ella”.
Entonces, más allá de los compuestos propios de las botellas se trata de un manejo higiénico de éstas. Como no se pueden someter a esterilización en agua caliente porque no aguantan la temperatura, la recomendación es no creer que servirán para siempre.
Según el doctor González, estudiar el impacto de los micro plásticos sobre la salud es complicado porque no se pueden realizar experimentos con humanos y porque los plásticos y sus aditivos actúan de forma distinta según las circunstancias físicas y químicas.
Pero a grandes rasgos se podría hablar de inflamación, genotoxicidad, estrés oxidativo, apoptosis y necrosis, relacionados con enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades autoinmunes.
Si quieres conocer otro famoso mito sobre el pet, da click aquí.
La prohibición del agua embotellada en plástico es una tendencia en crecimiento. San Francisco, Hong Kong y Montreal prohibieron su venta, mientras que París o Londres están instalando más fuentes públicas de agua potable.
Destaca una investigación de la Universidad Estatal de Nueva York que arroja que de 250 botellas de nueve países diferentes, hay un promedio de 10 partículas de plástico por litro.
¿Desaparecerá el PET, entonces? Ya lo veremos. Lo que sí tenemos claro es que con fuentes de agua públicas disminuiría la cantidad de basura y bacterias en ella, pero habría que verificar también la higiene, mantenimiento y limpieza de esta infraestructura.