Casa Mila presentó su nuevo menú de temporada otoñal. En esta ocasión, los platillos tienen una marcada influencia libanesa. La carta cambia cada cuatro o cinco meses en un esfuerzo por que todos sus ingredientes sean locales y de temporada.
Para este otoño, tienen preparado un menú que se caracteriza por los toques árabes, respetando las recetas ancestrales de los antepasados libaneses del Chef Jorge Dumit, pero con el “toque locochón” que, asegura, haría revolcar a su abuela en su tumba.
Como en cualquier restaurante mediterráneo que se respete, las porciones son vastas y para compartir. Casa Mila no es la excepción.
Siguiendo la tradición de este anti fine dining, tenemos entradas para botanear sin pretensiones con crujiente pan pita horneado en casa por Luvina Queman, esposa y socia de Jorge, y artífica de todos los deliciosos panes que se producen aquí.
Lo acompaña un jocoque acompañado de pimiento, jitomate, pepino, za’atar y aceite de chile serrano, cremoso, fresco y picosito al mismo tiempo.
Seguimos con una lámina de berenjena frita que envuelve cuadritos de más berenjena y un excelso pipián de ajonjolí con baba ganoush. Pero lo realmente sorprendente es el humo de romero que aromatiza el platillo y nuestra mesa.
Continuamos con Kibbeh charola: carne de cordero y res molida, con menta, cebolla, aceite de oliva, aceituna kalamata y chile serrano, en forma de media luna para honrar el medio oriente.
El primer plato fuerte es un risotto de hojas de parra con carne molida de cordero y res, piñones y jocoque, crujiente, suave y carnoso al mismo tiempo.
Y concluimos la parte salada con pulpo a la vizcaína, aceite de oliva, papas cambray y aceituna kalamata, con una ensalada fattoush (cebolla, jitomate, perejil frito y papas cambray.
La parte dulce es nuestra favorita, y no sólo por el dulce y acidito de esta deconstrucción de Pavlova: merengue, espuma de maracuyá, salsa de maracuyá y algodón de azúcar, sino por la manera en que al verter la salsa sobre el algodón, éste se va disolviendo deliciosamente.
Para Jorge Dumit, que además de chef es sommelier, es muy importante que los platillos se acompañen con vinos de excelente calidad pero accesibles para cualquier bolsillo, adaptados al menú de temporada, en este caso con un Chardonnay y un cabernet con nebbiolo del Valle de San Vicente, un frisante verdejo y un mezcal arroqueño.
Según el chef Dumit, el sentido de este menú se trata mucho de conectar las texturas con los cinco sentidos en un plato. Es por eso que el 70% de éstos se pueden comer con las manos y van al centro.
Podrás encontrar estos platillos hasta que la naturaleza lo decida, pues esa es la única guía de Dumit. “Respetamos tanto los ingredientes que prefiero que no haya antes de dañarlos”, por lo que considera que podría estar disponible hasta febrero.
La otra parte de esta amorosa dupla la tiene Luvina Queman, esposa de Jorge Dumit, quien admite que sólo hace cositas para ponerle encima a los panes de Luvi.
Estas gloriosos piezas están elaboradas con masa madre y han tenido tal éxito que le surten a otros restaurantes. Mención aparte merece el pan de cortesía: rústico de colores, focaccia y rústico natural.
Para esta pareja, Mila es el diminutivo de milagro, porque a los dos meses de conocerse planearon este espacio, dos meses más y ya vivían juntos, además del reto que fue abrir en plena pandemia.
Para conocer completo su nuevo menú de temporada, síguelos en Instagram. Y si quieres seguir respetando los ingredientes de temporada de octubre, aquí tenemos cinco recetas para ti.