Este reportaje sobre el arroz Morelos y sus amenazas y peligros lo leyeron nuestros suscriptores antes que nadie. Únete a la #FamiliaAnimal y recibe estos contenidos de forma avanzada.
Cultivar arroz Morelos y comercializarlo se ha convertido en uno de los retos más importantes de los agricultores y productores de ese estado. Y no, no hablamos de la bolsita con el héroe patrio impreso, sino de una variedad única en el mundo que, a pesar de tener denominación de origen, corre peligro por la falta de apoyos del gobierno.
Este grano tiene varias peculiaridades: gracias al clima y geografía en el que se cultiva es más grande y largo que los del resto del país, y contiene más almidón y lisina, lo que lo convierte en una opción muy rendidora.
Estas características se dan, entre otros factores, gracias al suelo y al clima de Morelos, ya que el primero se caracteriza por su baja porosidad y alto contenido en arcilla, lo que contribuye a la retención de humedad. El cultivo de arroz se realiza a unos 800-1400 msnn, en valles muy fértiles y abundantes en agua, con lluvias de junio a septiembre.
Los principales municipios que cultivan arroz Morelos son Cuautla, Xochitepec, Emiliano Zapata, Temixco y Jojutla. Su ciclo agrícola es bastante complejo.
Según Lalo Morales Soberano, Director de Arroz Soberano, el principal problema es la falta de recursos de todos los niveles de gobierno.
También considera que ninguno de los encargados de desarrollo agropecuario de la actual gestión ha entendido que están en un mercado global en el que el costo de producción es muy alto.
“Antes de la pandemia, el precio que se había fijado al público era de 37 pesos por kilo, la gente lo compraba, pero con la crisis económica y laboral que ésta desencadenó, el arroz extranjero llegó a subir mucho, como 18 pesos más. Ya se volvió a ajustar porque el precio internacional bajó y la paridad peso dólar no rebasaba los 20 pesos”.
Y agrega que las arroceras del sector social (en Morelos hay cuatro arroceras, dos del sector social y dos de iniciativa privada), incurren en prácticas poco éticas con los agricultores que elevan los precios de venta sin favorecerlos a ellos directamente.
“El año pasado el precio de referencia en el que el productor vendía el arroz a los molinos era de seis mil pesos por tonelada en la que el productor tuvo un subsidio de mil 320 y el Gobierno del Estado aportó 300 pesos por tonelada”.
En el ámbito social, uno de los mayores problemas es la calidad del agua, ya que en algunos lugares se riega con agua contaminada, lo que provoca focos de infección en los productores y enfermedades que atacan a las plantas y causan graves daños a la raíz y al follaje.
Además, el crecimiento de la mancha urbana está provocando la pérdida de terrenos para uso agrícola. Pero lo más grave es que la edad de los productores oscila mayormente entre 50 a 60 años pues los jóvenes se están dedicando a otra actividad económica o emigran en busca de mejores oportunidades de trabajo.
A nivel global, hasta la entrada en 1994 del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), México era casi autosuficiente en la producción de arroz, pero la superficie sembrada ha disminuido considerablemente.
El principal problema fue la competencia desigual con el arroz de importación, que es más barato por los subsidios y apoyos para la exportación en Estados Unidos, por lo que, a partir de 1990, hubo una caída de la producción arrocera a nivel nacional.
Según Lalo Morales, la respuesta de los productores a este problema fue dejar de sembrar arroz y comenzar con otros cultivos más económicos y sencillos, como la caña de azúcar, por lo que desde ese entonces, la producción ha caído a menos de una tercera parte. Hoy son tan solo 74 ejidos en todo el estado que siembran esta variedad, según el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Por otro lado, asegura Morales, ante las problemáticas del día a día de cualquier proceso productivo, los productores han tenido que salir adelante sin apoyos federales ni estatales.
Por ejemplo, tras el sismo del 19 de septiembre, cuatro molinos en donde se procesa el arroz quedaron severamente dañados, se requirieron más de 30 millones de pesos para reparar sólo el de Jojutla (sin contar las pérdidas por ventas que ascendían a 3 millones).
Esto afectó a 300 productores de 700 que hay en el estado y tuvieron que recurrir a la campaña Arroz del Estado de Morelos, el Arroz Gourmet del Estado de Morelos, encabezada por el restaurante Agua y Sal de Rodrigo Estrada y seguida por otros chefs y restaurantes, con el objetivo de apoyar en la reactivación económica.
El arroz del estado de Morelos es el único en México que cuenta con denominación de origen desde el 2012, por ser considerado el mejor arroz de México y gracias a características como su proceso de siembra artesanal. En Jojutla, por ejemplo, las 700 familias productoras cultivan y cosechan a mano.
El arroz Morelos también cuenta con premios internacionales como El Gran Prix Internacional a la Calidad otorgado por España, gracias a las posibilidades que brinda en la cocina al cuadruplicar su volumen y absorber mucho más los sabores del caldo.
La Declaratoria de Denominación de Origen ampara la planta, la semilla y el grano palay, que se siembra en 22 de los 33 municipios del estado.
Según Jesús Solís Alvarado, productor y Representante Estatal No gubernamental del Sistema Producto Arroz de Morelos, la Denominación de Origen busca garantizar la calidad al consumidor, fomentando su promoción y oferta, así como el acceso de los productores de arroz del Estado a los mercados nacionales e internacionales.
Según Lalo Morales, el proceso de Denominación de Origen no ha concluido pues se tiene que obtener, además, una certificación a través de un sello distintivo, EMA (Entidad Mexicana de Acreditación).
Dicha inscripción tiene un costo de aproximadamente 400 mil pesos, pero ninguna de las cuatro grandes arroceras quiere asumir los 100 mil pesos que le tocarían a cada una, a pesar de que dicha acreditación le daría mayor promoción al producto del estado y así se evitarían las malas prácticas, como nombrar como Morelos a arroces que no lo son, o mezclar arroz Morelos con otros arroces, como hacen quienes venden a granel.
Lalo Morales comenta el caso de su marca, Soberano, que decidió dejar de un lado a las centrales de abasto y enfocarse más en el área de autoservicio, que a raíz de dicho nombramiento, les ofrecen mejor espacio en anaquel. El consumidor, al probar un arroz de mayor calidad, comenzó a consumir más y hubo un crecimiento.
Pero la demanda llegó a ser tan alta y la producción tan insuficiente, que se tuvieron que salir de cuatro cadenas de autoservicio. “Sólo nos quedamos con Grupo Walmart y City Market, pues una producción de únicamente 6 mil toneladas para cuatro empresas, es insuficiente”.
Curiosamente, comenta Morales, para dar abasto Soberano intentó comprar a las arroceras del sector social, pues no querían acreditar dicha marca con su arroz. Evidentemente, de nada sirve producir una excelente calidad de arroz y conseguir buenos puntos de venta, si no se pueden satisfacer las necesidades de los mismos.
Morelos ocupa el quinto lugar a nivel nacional de producción de arroz, por debajo de Veracruz, Nayarit, Michoacán y Campeche, pero la buena noticia es que los productores en el estado buscan duplicar su producción para el 2022.
Jesús Solís Alvarado, director del Consejo Regulador del Arroz del Estado de Morelos, informó que mientras 80% del arroz que consumimos en México es importado, de 1.2 millones de toneladas que se consumen anualmente a nivel nacional, el estado produce sólo 1%, el equivalente a 11,500 toneladas; la meta para el 2022 es duplicar la producción; es decir, llegar a 2% con 2,200 hectáreas y más de 22,000 toneladas.
Jesús Solís afirma: “Lo que queremos es incrementar 100% para el 2022. Queremos colocar en mejor precio y pagar mejor al productor, así como incrementar la superficie y seguir generando jornales de trabajo; una hectárea genera 160 jornales y en cuanto se incremente la producción la gente va a tener más trabajo y yo creo que la economía local se empezaría a mover”.
Pero para Lalo Morales, esta solución no parece viable: “Si no hay dinero para que la gente plante, estos planes no son posibles. Es cierto que la Denominación de Origen ha ayudado pero no veo cómo sólo con la Denominación de Origen, se vaya a subir la producción. Además en abril o mayo, bajó el precio internacional, por lo que va a ser más difícil competir en el mercado con un producto caro”.
Según Lalo Morales, existen formas de empoderar al agricultor y sus cultivos con cinco acciones:
“Mientras no haya un programa serio para rescatar al arroz del estado de Morelos y si al productor no se le paga, al menos, el mismo precio del año pasado, el año que entra va a haber menos de 600 hectáreas”.