En redes sociales aseguran que los artesanos de la comunidad de Comonfort, en Guanajuato, lograron que el molcajete fuera certificado con denominación de origen. Pero es falso. Los artesanos solicitaron este nombramiento, mas no se les ha entregado.
Lo que les dieron es una certificación como marca colectiva, es decir, entre los artesanos registraron una marca, de manera que nadie podrá emular exactamente sus productos. Esta certificación la puedes consultar en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). Da clic aquí para comprobarlo.
La marca se llama “MCG Molcajetes de Comonfort, Guanajuato” y el permiso fue entregado a la Asociación Civil “Artesanos de Piedra Volcánica de Comonfort, Guanajuato, Tradición Mexicana Milenaria”, integrada por 20 artesanos de dicha comunidad.
Este nombre de marca les pertenece desde noviembre de 2020 y permanecerá así hasta diciembre de 2029.
Por el hecho, el gobierno de Guanajuato reconoció en un comunicado que el pasado 9 de agosto realizó el acto de entrega oficial de la marca. Aquí puedes ver el video de la entrega.
Tú podrás comprar los molcajetes Comonfort y para estar seguro de que se trata de dicha marca, deberá tener la siguiente etiqueta:
Los pobladores de Comonfort sí solicitaron desde 2019 la certificación como denominación de origen, aunque de momento no ha procedido.
El IMPI solo les ha entregado la marca colectiva. Para que de esta manera se reconozca a estos utensilios prehispánicos de Comonfort como artículos únicos, pues su elaboración está estrechamente relacionada con la región.
En Comonfort el molcajete se elabora de manera artesanal desde épocas ancestrales y sus procesos y materiales son específicamente obtenidos en ese lugar, este es un motivo por el que es posible pensar en una denominación de origen en el futuro.
Lo que buscan los pobladores con la denominación de origen es que sus artesanías sean reconocidas como un producto originario y exclusivo de esa región geográfica.
Algunos de los productos en México que cuentan con denominación de origen son el café de Veracruz, café de Chiapas, la vainilla de Papantla y el chile habanero de la Península de Yucatán.
Juan Manuel Quintero es la tercera generación de una familia de molcajeteros en Comonfort. Él, junto con otros 19 personas que comparten su oficio, presentaron ante el IMPI el expediente para acreditar sus artesanías como únicas en el mundo.
Buscaron la denominación de origen porque la competencia china apareció en los supermercados con opciones económicas pero de baja calidad. Ellos aseguran que no son de los materiales tradicionales y que duran poco pero que la gente los compra por ser más asequibles.
Quintero, junto con el colectivo de molcajeteros, realizan la producción desde el origen: el trabajo comienza con una excursión al monte para buscar piedra volcánica que labrarán con herramientas que ellos mismos fabrican. Pulir, cincelar, esculpir delinear y terminar; hacer un molcajete auténtico es casi una obra de arte en la que tardan hasta 4 días y venden por 200 pesos.
Al obtener la marca colectiva del IMPI, este grupo de personas puede aumentar el precio de venta hasta un 25%. Este excedente asegura también cosas al comprador: certeza, calidad y artesanía.
El reconocimiento para un producto que es elaborado en un país, estado o región y forma parte de la identidad de sus habitantes. Generalmente es algo que posee características que lo diferencian de otros semejantes elaborados en otras regiones.
Estos nombramientos se reconocen en todo el planeta y se obtienen mediante un trámite ante la Organización Internacional de la Propiedad Intelectual, la cual recibe anualmente los expedientes de cada país. En el caso de México, estos documentos los gestiona el Instituto Méxicano de la Propiedad Industrial y la denominación de origen debe reconocerse primero a nivel federal para poder aspirar a la protección en todo el mundo.
No es fácil obtenerla, así que existen otras figuras como las marcas colectivas y las indicaciones geográficas. Estas sirven para preservar productos con alto valor cultural en una región determinada.
Para acreditar la máxima protección, representantes de un territorio determinado deben comprobar con un expediente la autenticidad del objeto, ingrediente, bebida o platillo en cuestión.
En el caso de Comonfort, la producción de molcajetes tiene tanta historia que se relaciona íntimamente con la cultura del lugar y la dinámica social. Cocineras tradicionales y artesanos han sido artífices de su producción y aprovechamiento.