Para muchos, la cocina francesa es la meca de la gastronomía: la forma de transformar los ingredientes en obras de arte influyó en mucho de lo que se pone en los platos del planeta. El restaurante Cedrón es justamente una pincelada de esto: platillos que recorren el mundo cuyo punto de partida es la tradición gala.
La esquina de Mazatlán y Juan de la Barrera, en la colonia Condesa, ha sido la casa de esta embajada de la comida bien hecha por más de cuatro años. El cuidado por los ingredientes da forma a un menú bien equilibrado y con opciones para todos los gustos.
Todos los caminos conducen a Roma… bueno, en este caso a París. Pero antes de llegar al clímax hay mucho que ver y disfrutar de la gastronomía del mundo. Una de las maravillas de este lugar es que por diversidad no paramos: hay platillos vegetarianos, carnívoros, de calor, de frío o prácticamente de cualquier momento.
La primera escala es un ceviche del día que en nuestro caso fue peruano; consiste en pescado fresco, camote, granos de elote y una marinada que combina perfectamente bien todos los sabores: es ácida, sí. Pero no demasiado invasiva para refugiar en sí misma la dulzura de los vegetales y la salinidad del pescado.
Este arranque merece un vino blanco y como aquí la cava también viaja por el mundo elegimos un Albariño de las tierras gallegas en España.
Lo que sigue ya pisa tierras mediterráneas y se trata de una ensalada de corazones de alcachofa -perfectamente torneados- que acompañan jitomates heirloom, granos de mostaza, aceitunas kalamata, queso Parmigiano Reggiano y pesto hecho en casa.
Esta opción es fresca y excelente para no llenarse demasiado.
Foto: Paloma García CastillejosPara los platos fuertes hay muchas opciones para elegir: si eres fan del pescado definitivamente te recomendamos el mero con mantequilla negra, la cual está preparada con aceitunas negras y alcaparras; de guarnición trae una pincelada de puré de apionabo y otro de ejote, que equilibran la acidez.
También está el salmón al horno -en su punto de jugosidad- sobre un estofado de alubias y espinacas. Todo el plato se aromatiza con piel de limón amarillo que se cocinó junto con todo lo demás.
Otra opción que vale la pena probar es el cachete de cerdo estofado. La carne se deshace en la boca por tener una cocción larga y eso también la convierte en un platillo lleno de sabores profundos.
Viene sobre una cama de pasta pappardelle y se sirve en la mesa.
Pocos son los placeres en la vida que se equiparen a ese primer bocado de crème brûlée. Romper esa capa de azúcar caramelizada y llegar a una natilla cremosa pero firme, con sabores dulces, lácteos y avainillados es el mejor cúlmen de una comida que se disfrutó al máximo.
La interpretación del restaurante Cedrón es, sin temor a equivocarnos, una de las mejores recetas que hay en la CDMX. No es pesada y está en el punto perfecto de cocción: ni muy líquida ni completamente cuajada. Los buenos ingredientes se delatan en pequeños puntos de vaina de vainilla y es un postre que acompaña perfectamente bien a una infusión o a un café cargado.
¡Buen provecho!
Dirección: Av. Mazatlán #24 col. Condesa
Instagram: @cedron_condesa