Cuando tu doctor menciona que debes mejorar tu salud intestinal, es probable que te mencione que aumentes la ingesta de probióticos y prebióticos que, aunque suenan parecidos, son cosas completamente distintas.
Según una encuesta realizada por el Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa de los Estados Unidos, solo el 1,6% de los adultos sabían que eran los probióticos y prebióticos. No existe este dato en México, pero seguramente andamos por ahí.
Para comprender cómo pueden hacer un efecto positivo en la salud, es importante comprender qué son y cómo funcionan ambos.
Probióticos
Son bacterias vivas buenas para el sistema digestivo y la salud mental. Su principal objetivo es extraer los nutrientes de tus alimentos y hacer que el cuerpo los aproveche mejor. Se encuentran naturalmente en algunos productos lácteos, como yogures de cultivo vivo, uno que otro queso y alimentos fermentados como el kimchi, miso, chucrut y kombucha.
Aunque se encuentran naturalmente en estos productos, también es posible adquirirlos mediante comprimidos o tabletas.
La investigación sobre probióticos dice que estas bacterias pueden ayudar a mantener fuerte el sistema inmunológico y reducir la inflamación crónica que se asocia con enfermedades que acortan la vida como diabetes, el cáncer y padecimiento cardíacos.
Prebióticos
La primera diferencia con los probióticos es que no son seres vivos, más bien proporcionan combustible para las bacterias intestinales beneficiosas del intestino y son un beneficio para la salud; podemos decir entonces que es la comida de los probióticos.
El más común es la fibra, que se encuentra en frutas, verduras y cereales integrales. Los plátanos, las cebollas, el ajo y los espárragos son buenos ejemplos de alimentos que contienen prebióticos.
La buena salud intestinal
El poder probiótico de los alimentos fermentados ayuda a que las bacterias beneficiosas prosperen, lo que es una bendición para todo el sistema digestivo. Estas bacterias descomponen de manera eficiente los nutrientes que pasan a través de ellas.
Consumirlos, junto con los prebióticos que asegurarán su supervivencia y reproducción, es una excelente alternativa para tener una flora de campeonato.
