Hace tres años, Xanty Elías arrancó un proyecto en varias escuelas de Andalucía, España, con el fin de los niños que estudian en ellas se formaran a través de la cocina en diversas disciplinas. Además de ser un modelo educativo muy propositivo, también asegura una cosa: en el futuro habrá mejor comida para ellos.
Con un modelo circular que pone a la gastronomía como eje de cambio social, Elías fue nominado al Basque Culinary World Prize 2021, uno de los galardones culinarios más relevantes del mundo en marzo. El premio se entregó el pasado 15 de julio y además de un precioso trofeo, hay 100.000 euros para hacer crecer al proyecto.
En 2017 nació la Fundación Prenauta, desde donde se lanzó esta iniciativa que busca formar a los niños con la intención de que creen conciencia sobre lo que comen y además tengan la capacidad de responsabilizarse por ello en el futuro.
Invertir en cambiar o evolucionar a los adultos era dinero perdido, admite Xanty Elías. El modelo educativo está basado en psicoterapia Gestalt y el planteamiento de enfocarse en edades desde los 7 hasta los 11 años pues es cuando se desarrolla la personalidad.
No vamos a enseñar a los niños a ser cocineros sino a hacerles conciencia de lo que vas a comer.
Se trata de un plan de 8 horas lectivas que bien pueden integrarse a la educación básica -ya sea pública o privada- y que utiliza a la gastronomía como eje vector. Son seis cursos correspondientes a cada año de primaria y cada uno se centra en una receta en específico que sirve para estudiar ciencias como biología, geografía, historia y matemáticas.
Además de eso, por supuesto hay talleres donde los niños tienen la oportunidad de cocinar su objeto de estudio y aprender más sobre él.
Fue pensado sostenible desde los tres pilares fundamentales. Apoya a la sociedad actual y a la que seguirá, pues son esos mismos niños los adultos del futuro con la capacidad de tomar decisiones sobre la alimentación y su industria. Por cada niño que puede pagar, se busca un patrocinador para que otro niño pueda tener acceso.
Además, es un proyecto que, a pesar de no ser rentable, económicamente es redituable y representa una apuesta por el bienestar del futuro. Los socios son los niños: viven de donaciones privadas y está inspirado en un modelo estadounidense que funciona.
Está también en pro del medio ambiente y mantener al sur de España como el huerto de Europa. Es un proyecto que puede replicarse en Latinoamérica, así que también defenderá la producción de alimentos en el lugar donde se ponga en marcha, contemplando siempre sus características y necesidades específicas.
Hoy beneficia a millares de niños en 15 escuelas. Los procesos y planes de trabajo están muy bien establecidos en un libro de operaciones en el que participaron gastrónomos, cocineros especializados, psicólogos y pedagogos.
Hablamos de un cocinero originario de Huelva, en Andalucía. Es chef de Acánthum, un restaurante que obtuvo seis veces una estrella Michelin. Su filosofía siempre apuntó al respeto: por el comensal, por la tierra y por el producto.
Cuando se convirtió en un sueño logrado, Elías decidió además convertirlo en un agente de cambio social en su entorno y fundó a la par la Fundación Prenauta.
El proyecto de “Los niños se comen el futuro” nació en 2017 y la intención es causar un impacto positivo en toda la sociedad que comience con los más pequeños pero permée en sus padres, maestros y familiares. Ha permitido, en experiencia de Xanty Elías, que incluso los abuelos regresen a la cocina y creen un lazo de vuelta a sus orígenes.
El Basque Culinary Center lo nominó junto con otros 9 gastrónomos sociales para el premio de 2021. Los fondos son otorgados por la misma institución en conjunto con el Gobierno Vasco y la intención es que el proyecto pueda crecer lo más posible.