Emilia Fazzalari comparte créditos con el basquetbolista Michael Jordan en el Tequila Cincoro. Ella asegura que en Jalisco hay al menos 100 destilerías que producen para 1800 marcas de todo el mundo. Esto quiere decir que cualquier persona puede comprar destilado de esta región y tener su propia marca.
El Tequila cuenta con denominación de origen (DO) que es un registro geográfico para impedir que se fabrique en otras partes del mundo -o al menos con el mismo nombre- se pueden diseñar sabores y comprar los lotes; así solo resta envasar y etiquetar.
Después de que Kendal Jenner, una de las hermanas de Kim Kardashian, publicara su nueva marca de Tequila llamado 818, la controversia acerca de la validez y la calidad de estos productos resurgió.
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Entre las opiniones acerca de estosTtequilas no falta la de quienes dicen que estos productos responden a un término conocido como apropiación cultural. De acuerdo con el diccionario de Oxford es “la adopción inapropiada o no reconocida de costumbres, prácticas o ideas de un grupo de la sociedad”, pero no de cualquiera estas personas despojadas son “generalmente minoría, por miembros de otro y típicamente por personas de un grupo dominante”.
Fazzalari también mencionó durante la presentación de Cincoro: “Puedes entrar y recoger un Tequila, ponerlo en una botella y hacer una jugada de marketing”. Como esta hay otras marcas que proponen innovaciones que difícilmente respetan el origen artesanal de este destilado.
Pero entonces, ¿es bueno o malo que las celebridades creen marcas de Tequila? No tenemos la respuesta a ello pero lo que sí sabemos es que actualmente este destilado es consumido en 120 países del mundo y en los últimos 10 años las exportaciones crecieron en más del 67%.
Este crecimiento se debe a que existe una tendencia por consumir destilados artesanales menciona Horacio Martínez, integrante de la ISCAM, una agencia especializada en análisis de mercados.
Los tequilas creados por celebridades puede que sean buenos, que cumplan con las normas de calidad, que reconozcan a los maestros que los hacen e incluso que tengan una imagen y campaña de publicidad con estrategias tan buenas que se vuelva una moda probarlos; sin embargo, además de la apropiación está el tema del extractivismo cultural.
Este término se refiere a la separación de los autores originales en la creación que nunca es una sola persona siempre pertenece a la propiedad colectiva, la modificación del significado real del producto y el uso de dicha creación para venderse como nuevo y así poder consumir masivamente.
Esta situación se debe a que si bien productos como el tequila sí están registrados con DO, las legislaciones internacionales muchas veces no reconocen los derechos colectivos, es decir, solo se reconoce al producto per sé y no al significado cultural de esta creación.