Pongamos las cosas en la mesa: no siempre las dietas o las tendencias alimenticias ayudan ni son verdaderamente saludables. Con el resurgimiento del ayuno como moda para bajar de peso surge una práctica que no es nada buena: comer solo una vez al día.
Tal vez a todos nos ha pasado de forma ocasional; el trabajo o las actividades diarias absorben de tal manera que simplemente no hay mucho tiempo para comer, pero debemos evitar que esto se convierta en un hábito.
Es importante tener claro que la comida no es mala, le da a nuestro cuerpo los nutrientes que necesita para mantenernos saludables y también es una forma de nutrir la mente y darnos, por qué no, mucha satisfacción y placer. Así como no está bien excederse, la solución tampoco está en restringirse.
No hay elementos mágicos ni fórmulas exactas, solo se trata de encontrar un equilibrio entre las calorías que comemos y las que quemamos.
Restringir al cuerpo y comer solo una vez al día puede reducir el consumo de calorías, pero a costa de eso está nuestra salud. Los efectos no son nada buenos y aquí van algunos.
Comes en exceso
Las calorías son una medida de energía y cuando la cortas o no le das suficiente a tu organismo es como si no tuvieras combustible para funcionar.
Hay expertos que afirman que si solo comes una vez al día lo harás en exceso ya que tu cuerpo pide energía urgentemente, de esta manera los atracones son más frecuentes.
Lo peor es que tal vez tengas tanta hambre que no te fijes en lo que comes así que será muy fácil rebasar la cantidad de calorías que necesitas y que tu ayuno no sirva de mucho si lo haces por perder peso.
Metabolismo lento
Cuando pasas largos periodos sin comer tu organismo se ralentiza con la finalidad de conservar o retener energía.
Si esto sucede, perder peso será muy difícil ya que estarás en modo de cámara lenta. Olvídate del ejercicio; tampoco podrás concentrarte ya que tan solo nuestras funciones cerebrales utilizan el 20% de las calorías que necesitamos.
Modo inanición activado
Tu metabolismo transforma las calorías en energía pero cuando comes una vez al día nuestro organismo entra en una especie de proceso de adaptación para protegerte.
Cuando sucede esto las grasas que ingieres no las usas, más bien se almacenan para garantizar que tengas combustible para usar mientras no te alimentas.
Malestares garantizados
El cerebro y el estómago están conectados.
No solo se ralentiza tu metabolismo, aumenta el hambre y en ocasiones surgen episodios de ansiedad, tu organismo también ve estos cambios como un torbellino y hace lo que cree necesario para mantenerte de pie, por lo que el siguiente paso es apagarse, sentir mucho sueño y cansancio, algo así como si te bloquearas.
Cuando pasas por ayunos prolongados de 18, 24 o más horas tu nivel de azúcar en la sangre baja por lo que te sientes débil y tembloroso, a la larga desarrollas intolerancia al frío, pérdida de cabello y en casos extremos problemas cardiacos.
No hay nutrientes
De acuerdo con Trista Best, una experta en nutrición, cuando tienes un ayuno prolongado y comes solo una vez al día es común recurrir a alimentos ricos en calorías y bajos en nutrientes como la pasta o la proteína animal con altos contenidos de grasa o bien a la comida rápida.
Comes, te sientes satisfecho después de un atracón y lo último que piensas es en morder una manzana o devorar un plato de verduras. De esta manera tu cuerpo no está obteniendo una mínima cantidad de nutrientes que te benefician. Aunque te comiences a notar más delgado esto por sí solo no significa que estés saludable.
Lo mejor si quieres intentar un ayuno y más aún si quieres que sea prolongado es que acudas con un profesional de la nutrición para decidir juntos si es la mejor opción para perder peso.
Y por último, no creas todo lo que te dice internet, cada organismo es diferente y necesita cosas específicas para mantenerse saludable.
