Cuando Ángel García “El Feo” tomó las riendas del restaurante de sus padres llamado El Porvenir, no se imaginó la revolución que iniciaría en su cocina. Lo que él quería solo era apapachar a sus clientes y poner en alto los sabores del puerto de Tampico pero logró mucho más. Tanto que hoy celebra 98 años de apertura junto con su hijo Ángel.
Aquí se está mejor que en frente, se lee en la fachada de la entrada que está de cara al Panteón Municipal de la ciudad. Y vaya que es cierto pues aunque no sabemos a ciencia cierta cómo será el más allá, el menos acá tiene camarones de laguna, jaibas en todas sus presentaciones, un ambiente y servicio inmejorables y un platillo para cada paladar.
No hablamos solo de la sabanita de carne con enchiladas y frijoles a un lado, más bien nos referimos a esos platillos que se gestan entre lagunas, río y mar.
Tampico es un Edén de la flora y fauna: su clima lo hace el lugar para que vivan mariscos de primera, abunden los vegetales y además tiene una industria ganadera muy interesante que permite ofrecer buena carne y mejores productos lácteos.
Con cada ingrediente se produce algo nuevo y rico como las jaibas Frank, nacidas en el mismísimo Porvenir. Aunque El Feo inventó la receta solo para consentir a un comensal, extender un trozo de queso y convertirlo una tortilla para poner pulpa de jaiba guisada con mantequilla, crema y perejil se volvió una práctica habitual en la mayoría de los restaurantes tampiqueños.
Como esa, por su mente pasaron incontables recetas que construyen hasta hoy una muy buena parte del menú. La otra parte la diseñó su hijo Ángel que hoy es el chef del restaurante y una de las figuras más relevantes de la cocina tamaulipeca.
Aquí no se dejan pasar las jaibas rellenas y tampoco los camarones al ajillo pero tampoco hay que ignorar los caracoles panteoneros estilo cantina ni los sopes de pulpo. Todo es de la región y cocinado a la luz de la sazón que ha caracterizado a la familia de El Feo y Ángel a través de los años.
Y así lo vivimos en cuanto llegó a la mesa la sopa de mareas. La sorpresa no es solo el sabor redondo del fondo de pescado y sus elementos -chipotle, hinojo y su correspondiente guarnición aromática de mirepoix al estilo francés- sino la forma en la que llega a la mesa: ¡en un sifón japonés!
Una vez que hierve frente a los ojos del comensal lo sirven en una concha que ya trae ostiones, pulpa de jaiba, camarón y almejas.
No se necesita encontrar el hilo negro para crear un buen plato pero sí un hilo conductor que nos lleve a nosotros, comensales, por la vía del descubrimiento de sensaciones a través de cada bocado.
Un antiguo cliente que trabajaba en la Mercedes Benz fue la motivación para que Ángel inventara los maravillosos camarones primex. Se trata de cuatro crustáceos que rodean un filete de robalo ahumado que se termina en el horno y se baña con salsa de espinaca y ostión; en el fondo, el objetivo es contar historias de la propia ciudad y su cotidianidad en creaciones como esta.
Para terminar también recurren a las ideas vanguardistas de la cocina contemporánea. El hielo seco es el cómplice de que al pipián lo hayan convertido en postre en cuestión de segundos frente al comensal y la mejor noticia es que es fantástico. Viene acompañado de pepitas de calabaza y otras frutas secas.
Con sus imponentes escaleras, su tan tradicional arquitectura y una cocina que se nota tan de corazón, le auguramos a El Porvenir otros 98 años… por lo menos. ¡Enhorabuena!
Dirección: Av. Miguel Hidalgo 1403, Tampico, Tamps.
Instagram: @elporvenirtam