Si eres de los que aún piensas que Tampico no es un buen destino para ir a comer, checa estos platos que solo se encuentran aquí y que te harán volver.
Mar, río, laguna, meseta y valle. Todo esto hay en la región así que ya te imaginarás la cantidad de ingredientes que existen para crear especialidades dignas de un aplauso.
Tierra de Mauricio Garcés, de incontables especies marinas, puerto petrolero y para obligada para comensales insaciables. Aquí te damos los mejores tips para encontrar buenos antojos.
Cualquier tamaulipeco conoce de lo que hablamos cuando mencionamos estas tortas. Resulta que, en los años 20 las vías del ferrocarril llegaban justo al puerto de Tampico y, para evitar que la gente se las brincara y pusiera en riesgo su vida, el ayuntamiento mandó a hacer una barda que después se convirtió en el lugar más concurrido del centro.
En 1928 abrieron las Tortas René, pioneras en ofrecer un tentempié de media mañana a quien pasara por ahí. Inicialmente se preparaban con sardinas pero ahora las tradicionales de la barda traen jamón, mortadela, mayonesa, mostaza, queso amarillo y fresco, jitomate, aguacate, cebolla y carnita seca para coronar.
Están tan bien servidas que te las entregan abiertas y te apostamos una vuelta a Tampico a que quedas satisfecho. No se te olvide pedirlas con un Esquis de Hierro, el refresco tradicional de la ciudad.
Al puerto de Tampico llegó la familia de José Luis Ortega desde Soria, España. Era el inicio de los años veinte y Jonás, su abuelo, compró un bar en la esquina de una de las plazas principales que se convirtió en un referente gastronómico y uno de los más populares expendios de vinos y licores.
Hoy se llama La Sevillana y es una parada obligada para comer en Tampico. Ahí nació la cazuela de mariscos que llega a las mesas hirviendo y desprendiendo sus aromas a chipotle y a pescado. Entre sus ingredientes guarda pulpa de jaiba, cangrejo de laguna, ostiones, pescado, pulpo y algunos vegetales.
El 19 de abril de 2021 se cumplieron 98 años de que los padres de Ángel “El Feo” García abrieran las cocinas de El Porvenir, restaurante de cocina clásica tampiqueña frente al panteón municipal. El letrero “aquí se está mejor que en frente” es el primer recibimiento a la casa de las originales jaibas Frank, platillo que se inventó hace aproximadamente cincuenta años.
En tortillas de queso se sirve un poco de pulpa de jaiba sazonada con la receta secreta del Feo que sabemos que es cremosa y llena de sabor. Aunque la leyenda habla de un asiduo comensal llamado Frank, la receta trasciende personajes y se ha replicado en muchos restaurantes de la ciudad.
Los camarones de laguna son más dulces que aquellos que se pescan en el mar. Aunque sus tamaños varían, suelen ser más pequeños y se presentan siempre con una mezcla de salsa Maggi, de chiles, limón, sal y aceite de oliva que aderezan y los vuelven irresistibles.
A mí me gusta que llegue un plato lleno de camarones para pelar porque son el rompehielos; son la forma en la que comienzan las conversaciones y la mesa se vuelve un lugar íntimo. Esto nos dice Ricardo de Gorordo, chef del restaurante Los Curricanes y amante del buen comer en Tampico.
Este es el platillo más popular de todo Tampico y tiene su razón de ser: las jaibas son abundantísimas en el litoral y la preparación es fácil y muy sabrosa.
Lo primero que hay que hacer es dejar completamente limpia la concha y poner aparte la pulpa. Después se sazona con cebollita, hierbas de olor y con eso se rellena cada jaiba. Para terminar se cubren con pan molido y fríen. Lo mejor es acompañarla con salsa de chiles y limoncito si hace falta.
En el resto del país se conocen como gorditas pero Tamaulipas y la Huasteca tienen a estos embajadores de la garnacha que se elabora con masa de maíz -que en el mejor de los casos es una especie del rumbo- y rellena con diferentes guisados.
En Tampico no te pierdas el huevo verde si es que te gusta el picante o la carne deshebrada. Si por suerte llegas a Mr. Taco, lo mejor será que pruebes la papa con chicharrón que está de campeonato.
Uno de los lugares a los que hay que ir a comer en Tampico se llama Los Curricanes y tiene dos sucursales, una en plaza Rondinella y la casa matriz que se encuentra sobre Av. México. Ahí, el chef y propietario Ricardo de Gorordo ofrece una de las joyas gastronómicas de la región: un robalo cocinado en leña y sazonado con un adobo.
Chiles chipotle, morita y guajillo son los sabores que predominan en este plato. Combina a la perfección con los aromas a humo y la delicadeza del pescado. Para el toque de acidez vienen unas cebollitas moradas que completan este antojo para compartir.
Un sabor similar al carambolo pero con acidez y dulzura más marcados son los que componen al jobito, una fruta endémica de Tampico. Su temporada arranca en verano y es un gran pretexto para visitar la ciudad durante esta época.
Lo puedes probar solito en aguas frescas o en helado aunque nuestro niño interior siempre va a preferir la última opción y más si trae chamoy y chilito en polvo.
También le llaman el tamal más grande del mundo y sin duda es una de las cosas que debes probar en cuanto entres a territorio huasteco.
Al zacahuil lo compone masa de maíz quebrado, salsa de chile colorado y carnita de cerdo o pollo. Se envuelve en hojas de plátano en porciones ¡hasta de 10 kilos! Lo que sigue es cocinarlo en un horno bajo tierra y esperar a que quede listo.