Quién iba a pensar que después de tener bebidas nacionales tan icónicas como el mezcal o el tequila, los más aventureros también se animarían a hacer whiskey en México. Lo mejor es que es de altísima calidad y con un ingrediente insignia del país: el maíz.
Primero aclaremos lo siguiente. Existen dos formas de nombrar este destilado: whisky o whiskey. Escocia registró su denominación de origen completa como Whisky Escocés o Scotch Whisky en 1988, por lo que este nombre sin “e” también se puede usar sin hacer mención del país aunque en México se optó por la segunda opción aunque ésta nos lleva directito a Kentucky.
De acuerdo a su ingrediente principal cambia el nombre, por ejemplo, en Estado Unidos le llaman Bourbon al que es hecho con mínimo 51% de granos de maíz.
Para su elaboración también utilizan otros cereales como cebada y centeno. En México el whiskey es de maíz, de hecho hay algunas marcas que aprovechan diferentes especies para lograr sabores y tonos únicos.
Se hace a partir de granos malteados, esto quiere decir que se dejan germinar y se remojan en agua durante varios días en recipientes especiales. Una vez listos pasan al tueste donde se secan en hornos con aire caliente.
Después de esto los almidones ya están en condiciones óptimas para que la levadura ejecute su función que es comerse los azúcares y transformarlos en alcohol. Este último paso se llama fermentación y dura tres días.
El mosto resultante se debe destilar, es decir, eliminar agua, purificar el alcohol y concentrarlo. En el caso del whiskey este paso se realiza en alambiques de obre y sucede dos veces; en la primera se logra un líquido llamado low wine con 25 a 30° de alcohol, para la segunda este número aumenta de 60 a 70°.
Después sigue la etapa del envejecimiento en donde las barricas son un punto clave para darle nuevos sabores como las notas a vainilla y también su color. Se pueden usar distintos tipos de barriles como los de segundo uso en donde primero se añejaron jerez y oporto.
En este punto los master blender -como son conocidos los expertos del whiskey en México y el mundo- hacen su magia que consiste en lograr el sabor deseado; ya sea añadiendo caramelo u otro sabores para obtener sabores específicos.
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Nace en Oaxaca y se aprovechan las 35 razas endémicas de maíz que le da características únicas además del agua de manantial con el que lo elaboran. Reposa 18 meses en barrica y tiene notas a durazno.
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El maíz cacahuazintle es el protagonista de este whisky y un toque lo hace especial: la nixtamalización de los granos que le da notas tostadas y a la vez dulces como miel y vainilla.
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La tierra caliente de Michoacán -específicamente la meseta purépecha- es el lugar en donde nace la materia prima para este whiskey. Tiene granos criollos y sin transgénicos provenientes de Tzurumútaro, que aporta dulzor y la mano de obra artesanal le da delicadeza.
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Para elaborar este destilado se usan maíces oaxaqueños blancos, amarillos y negros, hay un whiskey por cada uno.
Tienen notas a vainilla y almendras; si eres muy experimentado alcanzarás a distinguir los tonos frutales como el plátano.
Si eres amante del whiskey en las rocas o bien de un buen coctel con este destilado date la oportunidad de probar los productos nacionales. Una cosa te decimos: no te arrepentirás