Parecería un juego -y hasta contradictorio- el hecho de que una persona realice actividades físicas y al mismo tiempo consuma bebidas alcohólicas. Esto existe, se llama beer yoga y no solo es un aliciente a que las personas hagan ejercicio sino que también es una tendencia global.
Cuando Emily y Jhula -dos maestras yogis alemanas- abrieron el local que combinaría por primera vez en el planeta estas dos cosas, las críticas no se dejaron esperar. “Es un truco publicitario, nos decían” y así lo cuentan a la guía Lonely Planet.
Sin embargo, la cerveza sí tiene cabida en esta hora de estiramientos y reflexión. Utilizando las latas o los vasos se logra, mediante la guía de estas dos instructoras, un equilibrio cuyo modelo se ha copiado en todo el mundo. De la misma manera, dar pequeños tragos refresca y facilita las actividades físicas.
Lo que comenzó en Berlín se expandió de inmediato al resto del mundo. Y es que hay un argumento irrefutable en la práctica del yoga con cerveza: el placer de beber y el mindfulness crean experiencias que aporta energía al cuerpo. Entonces ¿por qué no combinarlas?
Asimismo, las dos prácticas son terapias milenarias para la mente y el alma, dicen Emily y Jhula de BierYoga. El amor por tomar una buena cerveza y su filosofía de vida puede ser una combinación que, en equilibrio, ayude a alcanzar un nuevo nivel de conciencia.
Ellas comenzaron con ejercicios básicos que aprovechaban las botellas y vasos para buscar el balance. Incorporaron la chela en distintas posturas populares como el perro boca arriba y el saludo al sol para que fuera una motivación y al mismo tiempo una herramienta que permitiera a los yogis alcanzar sus objetivos.
El movimiento ha cambiado de acuerdo a su adaptación en el resto del mundo. Es una práctica popular en Estados Unidos y Australia pero cada instructor se encarga de diseñar sus propias rutinas con cerveza durante sus clases. No es una tendencia con parámetros definidos sino que permite ser tan profunda o divertida como se quiera.
Hasta unos meses antes de la pandemia, en México también existía esta forma de ejercitarse y la experiencia se podía vivir en The Beer Box de la Polanco, en la CDMX.