Muchos lo confunden con un americano que se deja enfriar pero no; el café cold brew es un método completamente distinto que extrae los mejores sabores del grano y es perfecto para despertar con el pie derecho.
Mientras que los cafés normales extraen los sabores del grano con agua caliente que con su temperatura ayuda a desprenderlos y dejarlos en tu taza, el método frío logra el mismo objetivo pero elimina las notas demasiado ácidas y amargas con la desventaja de que tarda mucho más en estar listo. ¡Pero vale la pena!
Desde hace un par de años, beber café infusionado en frío es una tendencia global y muchas veces nos pueden dar gato por liebre. Si llegas a un lugar, pides un cold brew y te dan un americano con hielos ¡no lo permitas!
Para evitar el trago amargo, mejor hazlo en casa y te recomendamos que sea por la noche para que aproveches el tiempo pues toma de 10 a 14 horas de reposo para quedar perfecto.
Necesitas dos cucharadas de café molido por taza, el doble que cuando lo infusiones en caliente. Te recomendamos elegir una variedad con tostado medio que tiene notas a caramelo y una acidez moderada.
La primera diferencia es que no se filtra sino que se debe poner en el agua directo así que aprovecha si tienes una jarrita de vidrio, el contenedor de la misma prensa francesa o una chemex.
Tápalo con plástico transparente, tela o cualquier cosa que prevenga que le entren polvo o bacterias mientras reposa. Debes dejarlo a temperatura ambiente durante toda la noche.
Al otro descubrirás un líquido que tomó el color del café y que tiene unos sabores muy intensos. Cuela, ajusta con agua si quedó muy concentrado, pon hielos y, si quieres, un chorrito de leche evaporada para hacerlo magnífico.
Los largos tiempos de extracción dan como resultado tazas con más cafeína que las infusiones preparados tradicionalmente, así que una taza de café cold brew equivale a dos de americano y es buenísimo para despertar.
Aunque su naturaleza es en frío, sí lo puedes tomar caliente. De hecho, los aromas se potencian siempre y cuando lo hagas con cuidado de no quemarlo, o sea, no superar los 70°C.
Si quieres hacer el de toda la semana, te recomendamos que realices la extracción con más cantidad de café de modo que te quede una especie de concentrado. De ahí solo queda diluirlo cada día en agua con hielos hasta llegar al punto que más te guste.
Puedes añadir miel de sabores para darle un toque extra. Se nos ocurre que te va a gustar con avellana, almendras o chocolate.