Seguramente te has preguntado más de una vez por qué comprar cervezas artesanales es mucho más caro que las latas que encontramos en los supermercados o tiendas de conveniencia; esto sucede por varias razones y una de las más importante tiene que ver con los impuestos.
Puede ser que lo hayas pensado; realmente quieres apoyar a la industria de las cervezas independientes, pero con el mismo dinero que compras una artesanal compras un six en la tiendita de la esquina de una marca comercial, lo que hace la decisión casi obvia. No te preocupes, a muchos nos ha pasado, por eso te interesa esto.
Según la Asociación de Cerveceros Artesanales de México, la producción de chela artesanal aumentó del 2017 al 2018 un 70% y esta tendencia continúa. De hecho, nuestro país es el cuarto a nivel mundial.
Los datos de las cerveceras independientes son alentadores y crecen lento pero sin detenerse. Mientras que en 2010 existían apenas 14, para 2019 ya se podían contar 940, las cuales generaban más de 6 mil empleos. Hoy la cifra se mantiene en una meseta por la pandemia y los estragos económicos que ha generado en todos los sectores del país.
Lo de “artesanal” hace referencia a que no son hechas en masa como las que producen aquellas grandes empresas cerveceras en México. La receta de cada una la formulan expertos y maestros cerveceros y por tener un volumen bajo de producción, la compra de insumos se vuelve más cara.
Hablando de ingredientes y procedimientos también hay un punto a considerar: la materia prima es de una calidad superior a la de las cervezas industriales y eso eleva los costos. El lúpulo, por ejemplo -aquella florecita que aporta las notas características de sabor- es difícil de encontrar en México e importarla es bastante más caro.
Otro ingrediente básico es la cebada y también aquí hay un tema. A diferencia de las grandes empresas que tienen su propio método para maltear el grano, la mayoría de las etiquetas artesanales se producen con maltas ya procesadas y tostadas fuera de su centro de elaboración.
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Por último pero no menos importante están los impuestos que afectan a toda la industria por igual pero que representan más porcentaje de gastos de las cervecerías independientes ante sus ganancias.
El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) se creó con la finalidad de desincentivar el consumo de alcohol; también para “obtener recursos que contribuyan al gasto público para brindar servicios médicos a aquellas personas con enfermedades producidas por el consumo de estas bebidas”, de acuerdo con la más reciente propuesta de reforma.
Dicha iniciativa lanzada por los senadores Gerardo Novelo Osuna, Alejandro Armenta Mier y Susana Harp Iturribarría surgió con la finalidad de modernizar la configuración tributaria sobre bebidas alcohólicas. Está basado en un enfoque de salud pública, bienestar económico y eficiencia recaudatoria.
Ante esta propuesta, los miembros de la Asociación Mexicana de Cerveceros se pronuncian para reiterar su apoyo.
En ella se menciona una modificación del IEPS a bebidas alcohólicas que se encuentra actualmente bajo un esquema basado en el precio de venta del producto llamado, en el argot legal, Ad-Valorem. El cambio que se busca es hacia una cuota fija por litro de alcohol puro, Ad-Quantum, que rondaría el $1.40 por litro.
Esto, de acuerdo con el comunicado de ACERMEX “representaría un cambio significativo para los cerveceros artesanales, ya que nos colocaría en un panorama de comercialización más justo y equitativo en el mercado, con mayores posibilidades de crecimiento y un mejor posicionamiento de nuestra categoría”.
Existe una contraparte a este posicionamiento por parte de Cerveceros de México debido a que esto podría afectar los intereses de las dos grandes cerveceras que tienen casi la totalidad del mercado nacional y extranjero.
Ante esto, ¿tú qué opinas? ¿Te animas a probar más cervezas artesanales?