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Invariablemente la historia del cacao en el mundo siempre toca en algún momento a México. Existen versiones que aseguran que se originó aquí pero no es así; de hecho, aunque nuestro país es uno de los principales productores a nivel mundial, los números no se acercan ni un poco a quienes encabezan esa lista.
Las civilizaciones mesoamericanas lo usaron como moneda de cambio a la par de otros elementos naturales de valor como la obsidiana; fue algo así como el dinero que hoy conocemos. Hoy es uno de los regalos más comunes para ocasiones especiales como el 14 de febrero, el día del amor y la amistad.
Después de varios estudios se comprobó que el cacao proviene del sur del continente americano, específicamente de la región amazónica.
Esta zona abarca a Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Surinam, Venezuela, Guyana y Brasil, este último país con un 64% del total del Amazonas. Aquí no solo existe la vegetación natural propia de este bosque tropical sino que lo atraviesa el río más grande del mundo que lleva el mismo nombre y contribuye a enriquecer su biodiversidad.
El cacao viajó y toda el área que comprendía Mesoamérica lo cultivó -y aún lo cultiva-: Guatemala, Belice, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, el oeste de Honduras y el sur de México.
Al año, México cosecha alrededor de 27 mil toneladas de cacao mientras que Costa de Marfil, el primer productor a nivel mundial, obtuvo en su temporada 2018-2019 alrededor de 2.15 millones.
¿La razón? En nuestro país, las áreas cultivadas con cacaotales tienen una productividad muy baja, es decir, la cantidad cosechada es menor que el promedio.
Mientras que México produce 200 kilos de cacao seco por hectárea, a nivel mundial el número ronda de 600 a 700 según Tonatiuh Acevedo, integrante de la asociación ASCHOCO y de Agroindustrias Unidas de Cacao.
De acuerdo con Acevedo, trabajar con agrónomos se vuelve un ejercicio fundamental para capacitar a los agricultores y enseñarles a tener un espacio de cultivo más productivo.
El problema surge cuando las cosechas son malbaratadas a empresas que las utilizan para transformarlas en lo que conocemos como el chocolate comercial que más que cacao contiene azúcar en su receta; esto le quita todo lo saludable del ingrediente original y se convierte más bien en algo dañino.
Tabasco, Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Yucatán son los estados productores de cacao mexicano pero su ejecución ha sido inconsistente. De acuerdo con datos de la organización CACAO México, debido a plagas, errores o envejecimiento de las plantaciones por abandono, en el año 2009 la producción de cacao nacional cayó un 47%.
De acuerdo con datos de SADER, México produjo casi 27 mil toneladas en 2017, cubriendo solo el 41% de requerimientos nacionales. Esta situación hace que importemos cacao de Ecuador, Costa de Marfil, Colombia y Ghana.
A pesar de que en México se cultivan los tres principales tipos de cacao -forastero u ordinario, trinitario y criollo-, predomina este último cuya producción en el mundo es pequeña.
Esta variedad conserva propiedades más finas en cuanto a aroma y sabor y su precio puede ser hasta 50% más alto que el ordinario. Es el cacao que se utiliza para hacer chocolates finos.
Ana Rita García, fundadora del Museo de Chocolate (MUCHO), menciona que las especies en el país son mucho más de las que conocemos, pero no se encuentran registradas. ¿Cuáles son? Las que siembran los campesinos en la parte trasera de sus terrenos y que por supuesto no se encuentran en los registros de manera oficial.
Por otra parte, Tonatiuh Acevedo explica que cuando la capacitación a los agricultores de cacao se haga en forma y constantemente, las especies de cacao de alta calidad, como el criollo y las mestizas, se podrán vender a precios más elevados.
Esta sería una manera de ayudar a la economía de familias dedicadas a la siembra y el procesamiento de cacao mexicano, ya que el agricultor es quien menos ganancia ve de su trabajo. La cadena de valor va desde que se siembra hasta que se consume, y el penúltimo eslabón es quien obtiene las mayores ganancias, es decir, quien lo comercializa.
Esta medida también evitaría que las especies desconocidas corran con la mala suerte de la extinción. Sin duda, su registro y la investigación para la conservación y producción podría ser un gran avance para el cacao mexicano.
A pesar de que hay pocos lugares para consumir cacao mexicano, existen pequeños distribuidores en los que podemos confiar, el secreto está en buscarlos.
La comercialización de chocolates es la principal salida para este grano milenario, generando alrededor de 100 mil millones de dólares al año. De esta cantidad solo el 6% va directamente hacia los agricultores.
Costa de Marfil y Ghana, que son los principales productores en el mundo, se han visto envueltos en distintas controversias. Como otros productos -por ejemplo, el café- su precio se decide en la bolsa de valores de Nueva York; sin embargo, estos dos países intentaron instaurar un precio mínimo.
Esto significa que los compradores no podrían pagar menos de la cantidad fijada en ambos países que, por cierto, producen nada más y nada menos que dos tercios de la producción mundial de cacao.
Esto tiene un lado oscuro. De acuerdo con UNICEF, se estima que al menos en Costa de Marfil hay más de un millón de niños menores de 14 años que trabajan en las plantaciones de cacao durante la cosecha.
Entonces están expuestos a pesticidas, largos periodos de trabajo, lesiones con machetes; además de que esta situación les impide ir a la escuela. Respecto al tema, Estados Unidos anunció en 2019 que podrían prohibir la venta de cacao proveniente de Costa de Marfil en su territorio si no mejoraban sus condiciones de producción. Actualmente esta situación sigue sin definirse.
A nivel mundial existe un organismo llamado Organización Internacional del Cacao (ICCO por sus siglas en inglés) que nació 1973 con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas y opera con los Acuerdos Internacionales del Cacao. Aquí tienen un registro de países exportadores e importadores.
Dentro del primer grupo se encuentran 22 países productores a nivel mundial y México no está entre ellos. Los países importadores comprenden 27 países de la Unión Europea, Reino Unido, Rusia y Suiza.
A pesar de ser un organismo insignia, no tienen la capacidad de regular las formas en que se cosecha el cacao en los países productores inscritos.
Si bien es cierto que hay distintos chocolates en el mercado en donde ya ni siquiera se utiliza cacao sino que solo es una mezcla de azúcar, manteca, saborizantes y colorantes artificiales aún podemos encontrar barras hechas con producto mexicano y altos porcentajes de cacao, del 60% para arriba.
Este tipo de productos han sido nombrados superalimentos y su rasgo especial es que aportan grandes beneficios de nutrición al organismo cuando se consumen de forma constante. Aunque existen diversas opiniones al respecto por parte de expertos que aseguran que se trata más bien de una medida de marketing para aumentar su valor, los estudios alrededor del cacao muestran un lado positivo.
Cuando consumes chocolates con alto contenido de cacao no solo obtienes energía y funciona como estimulante del sistema nervioso para mantenerte alerta, también es fuente de antioxidantes, minerales y grasas monoinsaturadas -o buenas- y tiene alrededor de 35% de fibra, por lo que da sensación de saciedad cuando lo comes.
Comer chocolate y mejor aún, un buen chocolate, es causa de placer es por eso que es uno de los obsequios más socorridos en las fechas especiales como el 14 de febrero. Ahora que sabes de los beneficios de estas barras con más del 60% de cacao prepárate para enviárselo a tus seres queridos. No será un placer efímero, también regalaras salud y muchos nutrientes.