Aunque ya hubo negociaciones con el gobierno de la Ciudad de México y se llegaron a acuerdos como la reapertura de restaurantes con terraza y espacios en la calle, aún hay muchos negocios incapaces de retomar actividades que la ven muy complicada. Con el fin de retomar actividades, CANIRAC convocó a un segundo cacerolazo.
Con pancartas que pedían a la jefa de gobierno ponerse en sus zapatos y no acabarse el patrimonio de las familias restauranteras, la industria se dio cita una vez más en el Monumento a la Revolución para pedir, con un segundo cacerolazo, una reapertura redituable.
Ante el movimiento #AbrimosOMorimos, la Jefa de Gobierno y los secretarios de gobierno y economía de la Ciudad de México negociaron con los restauranteros una serie de acciones para reactivar la economía a través de la industria gastronómica sin poner en riesgo a la sociedad.
Reactivar sin arriesgar permite a los restaurantes dar servicio en mesa a comensales en terrazas y espacios públicos designados para eso como los carriles estacionamiento en las calles y las banquetas. Asimismo, se enfatizó el uso del código QR para ubicar fuentes de contagio y también los protocolos establecidos en el semáforo naranja.
Muchos de los establecimientos siguen sin poder operar de acuerdo a la nueva normalidad porque no tienen espacios par brindar el servicio como permiten las autoridades y siguen en el limbo. Para darles una oportunidad se gestó el segundo cacerolazo y que haya piso parejo.
Además de abrir al 40% del aforo, como los lugares con terraza, se pide también extender el horario de operación de las 6 de la tarde a las 10 de la noche para así poder hacer más redituables las visitas de los comensales.
De esta forma, dicen los restauranteros, se podrían dejar de despedir a los empleados y también generar suficiente por lo menos para salir tablas en sus operaciones a domicilio y de entrega para llevar.