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¿Cambiarán nuestros hábitos alimenticios después de la covid-19?

Por Animal Gourmet

La pandemia de covid-19 ha dejado secuelas en todos los ámbitos de la vida y la alimentación hábitos no son la excepción. La forma en la que nos relacionamos con la comida cambió y cambiará drásticamente.

Para empezar, con la disminución de la movilidad en México y la suspensión de distintas actividades la hora de la comida se modificó; la forma de obtener nuestros alimentos también y las tendencias de consumo ni se diga.

No se sabe a ciencia cierta si algún día el mundo como lo conocíamos antes de marzo del 2020 regrese, pero dicen por ahí que nunca volverá a ser lo mismo. Aquí van algunos datos de los hábitos que cambiaron.

Lo que cambió con la llegada de la COVID-19

Quienes antes se dedicaban a preparar de comer con varias horas de anticipación tuvieron que buscar platillos rápidos y fáciles ya que con la estancia de los niños en casa el tiempo para esto disminuyó.

Por otro lado, aquellos que tenían una fonda, restaurante o establecimiento consentido para la hora de comer ahora está cerrado habrá que buscar recetas para preparar en casa. En este tema debemos tomar en cuenta que no todos cuentan con habilidades culinarias y más allá de eso, con los utensilios básicos para hacerlo.

Hablando de la distribución de alimentos, al ser una actividad esencial no hubo cambios sistemáticos; sin embargo, las salidas de casa se hicieron cada vez más escasas. Saber conservar en buen estado la comida durante más tiempo es un conocimiento que ya es canasta básica.

Menos idas al súper, más productos comprados

De acuerdo con una consultora costarricense llamada Kantar, estos cambios comenzaron a notarse a 100 días de la llegada de la pandemia a Latinoamérica y aunque los tiempos no fueron sincronizados, se puede ver en mapas que esta región del mundo tuvo un ritmo similar de aumento de casos, encabezando este crecimiento Brasil y México.

Una de los resultados que obtuvo dicha consultora fue la de la frecuencia de visitas a supermercados; estas disminuyeron pero la adquisición de más artículos por viaje fue notable, tanto que de acuerdo con Cecilia Alva, de Kantar, el primer trimestre del 2020 tiene un registro histórico en crecimiento que fue del 4.8% revirtiendo la tendencia negativa que se esperaba desde 2019. Países como Argentina, Colombia y Chile vieron este crecimiento a doble dígito.

Brasil y México solo registraron una disminución de frecuencia del 7% mientras que otros países de Latinoamérica tuvieron hasta un 23% de reducción de visitas.

Tomando en cuenta la reducción de ingresos en distintos ámbitos, al menos en Latinoamérica, hubo también una búsqueda de alternativas más económicas para comprar. Hay expertos que estiman que esta tendencia continuará mínimo en 2021.

El hecho de estar en confinamiento cambió también las formas de consumo, ya que por más cercanas que estuvieran las experiencias gastronómicas en casa nunca sustituirán una ida al restaurante favorito, por lo que en el desconfinamiento muchas personas se habrán adaptado a salir menos.

Cuidarse ante un posible contagio también fue un elemento decisivo para la frecuencia de las visitas al super o al mercado. Elegir en dónde comprar se volvió una misión de búsqueda, prueba y error. 

El crecimiento del e-commerce y pedir un refresco por internet

Las compras en línea también tuvieron un aumento, el llamado e-commerce creció un 25% en Latinoamérica. Una cifra importante considerando que para llevarlo a cabo en muchos casos es necesaria una cuenta bancaria para efectuar el pago y un dispositivo electrónico.

De acuerdo con Agustín Gutiérrez, socio de la consultora McKinsey en México, el 32% de consumidores planean incrementar sus compras de abarrotes en línea.

El distanciamiento social sin duda trajo -o aceleró- los hábitos de compra en línea en donde hoy se puede conseguir de todo. Desde refrescos o papas, platillos perfectamente bien elaborados, hasta experiencias a la hora de la comida lo más apegadas a lo que sería comer en un restaurante.

¿Y para el futuro?

De acuerdo con una publicación de Greenpeace, el consumo de nuestros alimentos y los lugares en los que lo compramos cambiará.

En todo el país hubo un llamado a consumir con productores locales por distintas razones, una de ellas es la de apoyar a las familias que se encuentran dentro de este comercio y que difícilmente lograrían integrarse a la venta en línea aunque la respuesta fue más favorable de lo que se esperaba.

Los marchantes del mercado se valieron de herramientas como WhatsApp y otras aplicaciones digitales para ofrecer y entregar sus productos.

“Los pequeños comercios son quienes han demostrado más interés en generar propuestas para producir y distribuir sus productos sin dañar el medio ambiente, con venta a granel, sin empaquetados innecesarios o sin etiquetados imposibles de reciclar.”

Greenpeace

De acuerdo con esta misma publicación, cuando planificas tu dieta y preparas los alimentos en casa, el consumo de carne disminuye gradualmente.

La búsqueda de dietas sanas no solo es bueno para el organismo, también para el medio ambiente ya que de esta manera se reduce el desperdicio de alimentos y la contaminación es menor.

Adoptar estas medidas a largo plazo como el consumo local y una dieta balanceada dependerá de cada una de las personas que hayan modificado sus hábitos; sin embargo, el panorama luce alentador en este tema de acuerdo con estos expertos.

¿Crees que algún día regresemos a la vieja normalidad y a nuestros hábitos previos?