La cocina del Virreinato, como se conoce a las creaciones culinarias de la época de la Colonia, dio a México algunos de sus mejores platillos como los chiles en nogada, algunos moles y también bebidas como el rompope.
Se trata de un digestivo que también se conoce como licor de huevo, de consistencia espesa y color amarillo. Toma su color gracias a las yemas y esencia de vainilla; además, integra a sus ingredientes almendra molida, leche, azúcar y fécula para espesar.
Muchos recordamos a nuestras abuelitas o abuelitos tomando un poquito de rompope. Su dulzura sorprende a propios y extraños con ese último toque de alcohol, además de que funciona por sí solo como un postrecito.
Aunque hay distintas versiones acerca del origen del rompope, una de ellas dice que fue en el monasterio de Santa Clara, en donde a partir de la Conquista se establecieron algunas órdenes franciscanas. Este convento se localiza en Puebla, uno de los estados con mayor tradición religiosa y culinaria de la época.
El origen del rompope se remonta a este momento histórico y el rumor de su creación por parte de las monjas clarisas se debe a que ahí llegaban grandes autoridades de la iglesia que cruzaban el Atlántico.
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Uno de sus encargos era alojarlos y alimentarlos, así que a partir de esto crearon grandes platillos como los chiles en nogada y algunos moles. La bebida conocida en España como rompón les sirvió de inspiración para lo que hoy conocemos como rompope y por la que por supuesto hoy damos gracias.
Un dato importante es que las monjas clarisas fueron quienes ajustaron y mexicanizaron la receta, que en esos tiempos también fue usada como bebida de celebración. La popularidad que ganó traspasó las paredes de conventos y así como sus dulces tradicionales, también lo comercializaron.
Recordemos que, si bien, en sus inicios se elaboró como una bebida para consentir a sus invitados, con el paso de los años la venta de esta y otras creaciones culinarias fueron el sustento de los monasterios.
Hoy podemos apreciar distintas preparaciones que incluyen al rompope entre sus ingredientes, por ejemplo flanes, malteadas, gelatinas o postres. Sí, se ha vuelto uno de los ingredientes que funcionan perfecto si la finalidad es agregar ese pequeño toque de licor en tus postres.
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Si bien es una bebida que se comercializa con diferentes marcas y por distintos conventos, es posible hacerlo en casa. Una de las ventajas será que tú puedes regular la cantidad de alcohol por si tienes pequeños en casa.
Te aconsejamos que al terminar lo refrigeres durante dos semanas para que los sabores se integren.