Los plásticos de un solo uso que a partir del primero de enero de 2021 quedaron prohibidos en la Ciudad de México nacieron en el mundo como una alternativa para facilitarnos la vida y abaratar costos. Al paso del tiempo, este material que fue primordial durante todo el siglo pasado hoy amenaza a la propia civilización.
El motivo principal es que tienen un impacto con muchas consecuencias por la contaminación que generan. Tanto así que en el Pacífico ya existe la llamada “isla plástica”, ubicada entre las costas de Hawái y California.
Este lugar está formado por desechos y hoy alcanza el mismo tamaño de España, Francia y Alemania ¡juntos! Expertos aseguran que esto es solo tomando en cuenta la superficie, si nos vamos lo que no se ve sería del doble de extensión.
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En todo el mundo se están llevando a cabo modificaciones a las leyes para frenar el impacto de esta industria sobre el medio ambiente. No es una tarea fácil.
Voltea a tu alrededor y observa cuántas cosas están hechas de él; efectivamente, es parte de nuestra vida. Botellas de agua y refresco, empaques de comida, envases de alcohol y de gel antibacterial que hoy ya casi conforman la canasta básica están hechos de este material y lamentablemente a pocos se les dará un segundo uso después de que se termine el producto que contienen.
De acuerdo con un estudio de Greenpeace, en la última década se han producido más plásticos que en los 100 años previos. ¿Lo malo? La mayor parte de estos tiene dos destinos: el mar o el basurero.
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En la industria restaurantera están presentes de distintas formas. Puede ser esa capa de egapack que se usa para cubrir los alimentos y preservarlos durante más tiempo; en los utensilios desechables, popotes, agitadores, vasos, platos y más.
Por otro lado, pongamos foco en un gran detalle: los costos. Los materiales plásticos de un solo uso son más económicos que sus alternativas. De acuerdo con Mireya García, cocinera del restaurante Aritzú, al sur de la CDMX, un envase que antes costaba menos de un peso ahora no se encuentra por debajo de los $6.80.
Este cambio supondrá un aumento en los costos de los restaurantes o en el mejor de los casos la concientización de los comensales a llevar recipientes reutilizables en cada una de sus compras.
Las opciones para almacenar, transportar y consumir alimentos pronto tendrán un cambio a partir de la implementación de la segunda fase de la reforma a la Ley de Residuos Sólidos que el 1ro de enero de 2021 entró en vigor.
Transitar hacia lo sustentable es una de las finalidades, y también disminuir su uso.
“…quedará prohibida la comercialización, distribución y entrega de tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajitas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, aplicadores de tampones, fabricados total o parcialmente de plásticos, diseñados para su desecho después de un solo uso, excepto los que sean compostables.”
Los productos compostables se deben poder biodegradar como mínimo un 90% en un periodo de seis meses en un ambiente rico en oxígeno o en contacto con materiales orgánicos.
Desde el 1 de enero de 2020 que corrió la primera parte de esta reforma en donde quedaron prohibidas las bolsas se han buscado distintas opciones para su sustitución
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Ahora existen en el mercado empresas que fabrican estos envases con:
Lilian Guigue Pérez, directora General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental (DGEIRA), menciona que “se trata de que cada vez seamos más conscientes y dejemos de usar desechables para no generar contaminación a la ciudad y al planeta”.
Tal vez parezca una medida exagerada, sin embargo, si el planeta pudiera hablar, lo pediría a gritos. Además, recordemos que los cambios son buenos y la implementación de dicha reforma a la ley busca una mejora en el medio ambiente y una reducción a los residuos que diariamente se generan en toneladas en la Ciudad de México.