La tarta de queso es un postre que lo tiene todo. La textura cremosa y a la vez crocante con juntan de maravilla con los sabores aciditos, dulces y salados de la mezcla. Es una preparación que, estando bien hecha no le hace falta nada ni siquiera una mermelada o crema batida, así como la preparan en San Sebastián.
No es un cheesecake cualquiera; es una preparación bastante menos estética que las interpretaciones americanas pero el sabor es mucho más profundo. Tiene varias peculiaridades pero la más evidente es que no está del todo sólida y que su color es marrón intenso.
Esta especialidad fue elegida como uno de los sabores de 2021 por el New York Times porque representa una innovación en la receta tradicional estadounidense y es una experiencia completamente nueva para aquellos que la prueban por primera vez.
Redonda, generalmente cocinada en papel encerado o estrella para que no se pegue a los moldes. En contraste con el New York Cheesecake esta no tiene corteza de galleta y la superficie es de un color café obscuro, que delata que fue cocinada a altas temperaturas.
Al cortarla, la magia surge: la mezcla no está completamente cocida por lo que el centro será más bien blando y en algunas ocasiones hasta líquido.
A este postre no le hace falta nada. Bueno, quizás un vino de postre o una taza de buen café. A Estados Unidos llegó por los chefs viajeros que se vieron inmersos en su cremosidad y México no se queda nada atrás, es uno de los platos más aclamados del restaurante Alelí en la colonia Roma de la CDMX.
El País Vasco es uno de los lugares más ricos en gastronomía del mundo. Mares y montañas llenan el plato de maravillosos productos que se transforman con técnica y tradición en sus cocinas. Los lácteos son importantes también y entre las delicias que se cocinan está la tradicional tarta de queso asada.
San Sebastián -o Donostia, en su idioma original- es el epicentro de esta movida culinaria española que comenzó como una acción proactiva ante la crisis social que se vivía en los años ochenta en Euskadi. Su Parte Vieja es una barrio completamente peatonal donde la actividad turística protagonista es comer.
Ahí vive La Viña, uno de los tantos bares de pintxos de la ciudad. Ese es el lugar de peregrinación gastronómica obligada de todos aquellos que disfruten el sabor de la auténtica tarta de queso asada vasca.
El lugar sirve comida desde 1959 y desde los años noventa la cocina Santiago Rivera, hijo de los fundadores. Es a partir de entonces que la tarta de queso se convirtió en un emblema pues es uno de los escasos pintxos dulces en toda la Parte Vieja y la receta evoca a la tradición vasca más arraigada.
La receta, dicen, se la dan a cualquiera que la pida. El secreto, cuentan Santiago Rivera y su equipo de camareros, es la forma en la que se elabora y el motivo de tanta delicia.
No te quedes fuera de la tendencia del año y mejor ponte manos a la obra con esta receta.