La crisis de la industria gastronómica ha llegado a un momento insostenible; el cierre de fondas, restaurantes y negocios de comida crece día con día. A esto se suma, por supuesto, el desempleo de miles de personas resultado de esta situación y hasta ahora los apoyos a este sector por parte del gobierno resultan insuficientes.
El domingo 22 de marzo de 2020, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, dio un anuncio a la población de la CDMX “de suma importancia”: el cierre de restaurantes, bares, cines y otros negocios no esenciales entraba en vigor como medida para disminuir la velocidad de contagios.
Hasta ese momento los casos en la Ciudad de México crecían de manera alarmante, se duplicaron en apenas cinco días los números confirmados de coronavirus, menciona Animal Político.
Hoy, más de nueve meses después, la industria gastronómica de todo el país vive una situación de agonía, incertidumbre y duelo. De acuerdo con un documento firmado por más de 500 restauranteros, entre empleados, dueños, chefs, meseros, etcétera y enviado al gobierno del Estado de México y CDMX el pasado 7 de enero se estima que la pérdida asciende a 50 mil empleos directos.
Estos datos sin contar a toda la cadena de producción que, como menciona Mireya García, vocera en el cacerolazo Abrir o Morir, también depende de este sector.
En entrevista con Animal Gourmet menciona que detrás de una taza de café no solo está el mesero que lo llevó o el barista que lo preparó; está toda una cadena que involucra campesinos cafetaleros, transportistas y todos aquellos empleados que hicieron posible el vaso, la cuchara y los insumos en general.
Uno de los primeros apoyos para este sector fue uno para los trabajadores de la industria de 2,200 pesos. Esto, si bien sirve para mitigar, el restaurantero Ramón Orraca nos da luz respecto al tema:
“Ofrecieron ayudas para empleados del sector pero son 60 y tantos mil ayudas y tenemos 600 mil empleados en el valle de México, somos la industria que más trabajo genera en la ciudad. En otros países dicen cierren y acaten pero les están pagando 75-80% de las nóminas y las rentas; ojalá tuviéramos algo así, estaríamos en nuestras casas.”
Respecto al tema en estas ayudas tiene otro inconveniente, solo es dado a meseros, es decir, otros empleados del restaurante, como ayudantes de cocina, hostess, garroteros, lavaloza y más no pueden acceder a ella.
Por otro lado respecto a la condonación del impuesto sobre nómina de enero, Ramón continúa: “no representa más del 1% de nuestros gastos fijos, realmente no es representativo, se agradece pero no es de gran ayuda.”
Édgar Núñez es chef y propietario de Comedor Jacinta en Polanco y el multipremiado SUD777 al sur de la CDMX. Para poner en contexto la crisis que viven él, sus empleados y todas sus familias de quienes son sustento pone datos sobre la mesa. Esto considerando el apoyo de 10 mil pesos que brinda el gobierno a las PyMES:
“En el SUD tenemos solo de nómina 940 mil pesos, en Comedor 245 mil pesos.
De renta en Comedor son 115 mil, en SUD son 350 mil. Más gastos fijos que varían. Pero echar andar el SUD, para poder arrancarlo de una manera normal necesito mínimo casi 2 mdp y Comedor necesito alrededor de 800 mil pesos. Eso es lo que cuesta mes a mes cada uno de los restaurantes. Imagínate cómo en un año te puedes ir a deber 20 mdp de un lado y 8 mdp de otro. Yo te hablo de mis números.”
Respecto a las soluciones que puede haber para rescatar este sector de la industria Édgar continúa:
“Los restauranteros no necesitamos apoyo, necesitamos que nos dejen trabajar… siempre estamos trabajando por el bien de nuestra comunidad y entorno. En cada crisis (temblores, guerras, desastres naturales) somos los primeros en apoyar para dar de comer y restaurar el cuerpo y alma de todos los mexicanos. Queremos trabajar, sabemos cómo hacerlo, tenemos todos los protocolos.”
Ramón Orraca menciona:
“Que nos dejen trabajar. No somos el foco de infección, llevamos todas las medidas de higiene. Solicitamos que nos dejen abrir en terrazas un 30%, en interiores solo 25% hasta las 10 pm. No estamos pidiendo abrir de forma normal, sabemos la situación y con la inversión que se hizo para poder recibir a los clientes de forma segura… que nosotros no somos el foco de infección. Ve cómo están los contagios hoy y los restaurantes cerraron desde el 18 de diciembre.”
Una situación difícil considerando que al cierre de esta nota la ocupación hospitalaria en la CDMX es del 90% y el hecho de abrir restaurantes -y cualquier otro comercio- podría incitar a la gente a salir de su hogar y sin todas las medidas preventivas esto provocaría más contagios.
Sin embargo, algo es claro: los apoyos a la industria restaurantera no son suficientes y el cierre de estos significa un aumento en la tasa de desempleo.