Al fruit cake lo amas o lo odias, no hay puntos intermedios. Con textura de budín y lleno de frutas confitadas, este pan está presente en todas las mesas navideñas y es momento de conocer por qué.
Resulta que los romanos comenzaron esta linda tradición de fermentar trigo y cebada en una masa y luego ponerla al horno con diferentes aromatizantes y frutas, lo que daba como resultado un pan que duraba mucho tiempo y que además estaba lleno de sabores dulces y alcohólicas.
Eso fue evolucionando a distintas recetas alrededor del mundo; en Alemania preparan el Stollen, en Italia probaron algo más amigable con el panettone. Pero el fruit cake, esa receta de pan oscuro y remojado en Brandy o Jerez tiene algo que lo ha hecho permanecer.
Una parte de la población de la humanidad ama este postre y no hay nada que los haga más felices que acompañarlo con un buen vino caliente durante las celebraciones navideñas.
En el otro lado de la moneda están aquellos que no pueden verlo ni en pintura; ese segmento que cree que existe un solo fruit cake peregrinando de casa en casa disfrazado de regalo de roperazo porque nadie lo quiere.
Hay algo que es cierto acerca de este malentendido pan: si está bien preparado es una opción increíble.
Comencemos por lo más importante: el panqué. En esta receta no existe la esponjosidad ni esa textura alveolada que tienen las conchas, la masa brioche o un buen croissant. Aquí es algo mucho más denso y es importante quererlo así, como es. La recomendación es aprovechar especias para dar aroma.
Lo mejor será que las frutas estén deshidratadas para que no se humedezca mucho la mezcla, ya que se envinará después y no queremos la apariencia de un pastel de tres leches.
Un excelente tip para darle textura es agregar frutos secos; piñones, nueces, castañas y almendras son bienvenidas en cualquier receta.
No hay nada peor que un fruit cake -o cualquier receta- preparada con ingredientes de mala calidad. Invierte en la mantequilla y procura que las especias estén fresquitas para que suelten todo su sabor.
El secreto de un fruit cake y sus sabores a vino es que se debe dejar reposar en Jerez alrededor de un mes. Sí, leíste bien. Guárdalo en el refrigerador y baña esporádicamente -digamos una vez o dos por semana- para que el pan se conserve y las frutas se hidraten. Si no tienes tiempo, bastan siete días.
Es importante que sepas algo antes de ponerte manos a la obra: es una receta cara en sus ingredientes y como ya leíste, toma su tiempo. Pero no te preocupes, es un gran proyecto navideño y si eres de ese tipo de sabores habrá valido completamente la pena.
Para las frutas en conserva
Para el pan