Ya llegó la temporada de frío y con él las opciones de tomar diferentes bebidas; las hay calientitas, ideales para estar en cama y disfrutar de una buena serie o frescas pero reconfortantes como algunos estilos de cerveza.
¿¡Chela en temporada de frío!? Aunque parezca una idea descabellada, no todo se trata de quitar el calor y refrescar, hay mucha profundidad de sabores de acuerdo a la forma en la que están elaboradas algunas etiquetas.
Hay una gran variedad de estilos, sabores y casas cerveceras que se dedican a elaborar toda suerte de recetas. Aprovechan también cada época para trabajar con ingredientes de temporada y en este caso nos llegan aromas a calabaza y especias como vainilla, canela, clavo, miel, pimienta y chocolate.
¡Recuerda que hay un mundo de cerveza artesanal por descubrir! Si te gusta, este evento es para ti.
Primer tip para saber si una chela es buena para tomarse aún cuando el frío está que cala los huesos: checa el color. Te hablará del tostado de la malta que desarrolla aromas más profundos y que además, generalmente tiene una graduación alcohólica mayor que las claras o lager.
¡No te las tomes al tiempo! Aunque no lo creas, la temperatura de servicio normal ayudará a que saque sus mejores características y te apapachen un día nublado.
Esta chela suele ser de cuerpo medio y de tonalidad oscura. Predominan los aromas tostados y sabores a chocolate, pan, galletas o nuez. Son perfectas para acompañar un trozo de pastel gordo de chocolate como el de Bruce y tomarla despacito.
Una de las opciones de cervezas para el frío que puedes probar para que termines de enamorarte es la Patito Porter Vainilla; está elaborada -como su nombre indica- con vainas de vainilla que se agregan durante el proceso de maduración; además tiene notas chocolatosas por las maltas tostadas.
Es originaria de las Islas Británicas, este estilo de chela se caracteriza por ser intensa, cremosa y de color oscuro y a comparación de la Porter es mucho más fuerte.
La diferencia entre ambas son las materias primas que se utilizan; por un lado, las Porter utilizan en su elaboración malta de cebada tostada, mientras que en las Stout, además de esto, aprovechan los copos del grano por lo que se desarrollan más aromas y sabores a café.
Hay muchas cervezas de este estilo; sin embargo puedes darle oportunidad a la Monterrëy Stout, su cuerpo es ligero y cuando la tomas puedes percibir sabores tostados e intensos. Puedes acompañarla con un rico flan de chocolate.
Se caracterizan por ser originarias de la zona norte de Inglaterra; estas chelas suelen ser de color pardo rojizo y ámbar oscuro. Entre sus peculiaridades destacan sabores y aromas como el del caramelo y la nuez.
Es un estilo de cerveza que ocupa maltas tostadas para su elaboración, por lo que podrás distinguir en paladar notas a café o chocolate, perfectas para una noche con frío.
La Allende Brown Ale tiene sabores dulces mientras que en nariz se pueden percibir aromas a pan negro y nueces tostados; a pesar de que su sabor puede llegar a ser un poco intenso no pierde su frescura.
El origen de esta cerveza es belga y se caracteriza por ser aromática y por su alto contenido de alcohol, por lo que es buenísima para quitar el frío.
Anteriormente se pensaba que los nombres se debían al número de veces que se fermentó la cerveza; sin embargo esto es incorrecto.
Su historia se remonta al año 1856 cuando el monasterio trapista Westmalle en Bélgica comenzó a elaborar cerveza; primero produjeron la Dubbel, una chela oscura con 7% grados de alcohol para después darle vida a la Tripel, la cual se caracterizó por tener 9.5% de alcohol.
Dentro de las notas de este estilo de chela se pueden percibir cítricos como la naranja así como especias a clavo, jengibre y pimienta negra. Esta es una de las cervezas para el frío que más volumen de alcohol tiene.
Si te gustan más las de este estilo tienes que darle chance a la De Halve Maan Straffe Hendrik Tripel. Es de color dorado con notas de pimienta negra, jengibre y toques a naranja, es espectacular si la acompañas con postres hechos con mango.