Las apuestas por incluir dentro de las dietas diarias alimentos vegetales como el tempeh cada vez son más. Es un superalimento originario de Indonesia que se produce a partir de la fermentación de semillas de soya y de un hongo llamado rhizopus.
Una vez que se lleva a cabo la fermentación, -proceso donde se dejan reposar los granos de soya en agua- se juntan las semillas quedando en una especie de pasta que se compacta con micelio, una red de filamentos que se forman con los hongos producidos del proceso.
Durante el proceso del tempeh, las enzimas del hongo desarrollan sabores, texturas y aromas.
Un estudio realizado por la Revista Internacional de Propiedades Alimentarias afirmó que el tempeh es bueno para el consumo humano debido a sus ventajas nutricionales, entre las cuales se encuentran las proteínas vegetales, minerales como el calcio, magnesio, potasio, sodio, fósforo y hierro así como vitaminas A, B1, B2, B3, B12 y C.
Su origen vegetal contribuye a controlar el colesterol y a reducir el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares; por otra parte, su alto contenido en isoflavonas -un antioxidante- ayudan a disminuir los malestares de la menopausia.
A pesar de que el tempeh, el tofu, el seitán y la soya son alimentos parecidos por su origen vegetal. Son complementos de la dieta vegetariana y vegana y cada uno de ellos se diferencia por tener ciertas características.
Es de origen chino y elaborado con soya y agua; su sabor es muy suave y suele ser uno de los ingredientes principales en platillos como la sopa de miso. Tiene una textura muy similar al queso.
Se estima que por cada 100 gramos de tofu se obtienen entre 10 y 15 gramos de proteína; es bajo en calorías y grasas y rico en minerales.
También tiene su origen en China; lo que lo caracteriza es su elaboración con proteína de trigo, la cual se procesa mezclando harina con agua hasta que se forma una masa y se desprende el almidón.
Su sabor es muy suave y generalmente va acompañado con alga kombu y salsa de soya, es muy utilizado para sustituir carne de origen animal en platillos como las hamburguesas.
Se caracteriza por su alto contenido proteico, además actúa como antioxidante e hidratante para la piel.
Se elabora, igual que el tempeh, a partir de una leguminosa llamada frijol soya pero su proceso es completamente distinto ya que se transforma para ser idéntico en apariencia a la carne animal.