Aunque consumir semillas asegura una alimentación llena de nutrientes, entrarle al germen -como el de alfalfa, soya y otras legumbres- es desbloquear un nivel más de salud concentrada en vegetales deliciosos que van perfecto puestos al plato.
Según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, el germinado de alfalfa no sólo tiene las ventajas nutricionales de las leguminosas; también trae altas concentraciones de clorofila, fibra, calcio, vitamina A, B, C y K.
Consumirla tiene muchos beneficios como fortalecer el sistema inmunológico y nervioso, mejorar la piel y combatir la anemia.
También ayuda a bajar los niveles de colesterol, mejorar la digestión, favorecer y cuidar la piel, combatir problemas urinarios y evitar hemorragias.
Gracias a su versatilidad, el germen de alfalfa puede consumirse de muchas maneras.
Es perfecto para agregarla en una ensalada verde, además de ser saludable potenciará su sabor. Recuerda que entre más fresco esté, tu cuerpo podrá aprovechar mejor los nutrientes.
Puedes incluirlo en tu próxima agua, ya sea de limón, piña, sandía, mango o cualquier fruta de temporada que se te antoje. Le aportará a tu bebida muchos nutrientes como vitamina A y antioxidantes.
¿Estás teniendo un mal día debido a problemas estomacales? Una infusión de germen de alfalfa te ayudará a sentirte mejor. Lo único que deberás hacer es hervir un poco de agua con esta hierba, dejar que repose y posteriormente tendrás que beberla calientita.
El germinado de alfalfa es ideal para cocinar, puedes decorar platos o incluso esta puede ser la estrella de ese menú delicioso. Puedes preparar desde tortitas capeadas en salsa de jitomate hasta un bowl que la incluya.