El cuerpo humano está perfectamente diseñado para recibir los nutrientes que necesita; sin embargo, es importante tomar en cuenta que muchas veces la alimentación se debe basar en características específicas como el tipo de sangre.
Esta es la encargada de formar los glóbulos blancos, rojos y las plaquetas, por eso es importante que nuestra dieta esté diseñada de acuerdo a lo que necesitamos. El tipo de sangre depende de moléculas llamadas antígenos.
Los glóbulos rojos también llamados hematíes son los que transportan el oxígeno y el dióxido de carbono al cuerpo y estos son los encargados de dar la tonalidad roja que la caracteriza.
También conocidos como leucocitos, los glóbulos blancos son células que se encargan de mantener en buen estado el sistema inmunológico para controlar enfermedades e infecciones.
Las plaquetas son células sin núcleo que intervienen en la coagulación de la sangre, digamos que son las trabajadoras especiales cuando hay un vaso sanguíneo que se rompe.
Como te podrás dar cuenta, la sangre es fundamental en el cuerpo, se encarga de llegar hasta nuestro corazón para después distribuirse y dar vida a todo el organismo.
No existe una evidencia certera de que existan dietas específicas acorde al tipo sanguíneo; sin embargo, hay especialistas como Peter J. D’Adamo, autor del libro “Los grupos sanguíneos y su alimentación” que recomienda una alimentación basada en este mismo.
Las personas que pertenecen a este grupo sanguíneo tienen como ventaja el hecho de que su metabolismo es muy rápido, es decir, procesar de mejor manera los alimentos.
Se recomienda comer todas las carnes rojas y blancas como pollo, pescado incluyendo también verduras, frutas y algas comestibles.
Tienen niveles más bajos de ácidos clorhídricos, esto hace que su digestión sea más lenta, significa que deben moderar su consumo en proteínas y grasas animales; eso sí, su cuerpo digiere los carbohidratos.
Alimentos como frutas, almidones, verduras y lácteos son completamente bienvenidos.
Las personas que tienen este tipo de sangre son más propensas a producir altos niveles de cortisol cuando están estresadas, por lo que deben restringir el consumo de alimentos como el maíz, semillas de ajonjolí, lentejas y cacahuates.
El cortisol es una hormona producida por la glándula suprarrenal, la cual se libera como respuesta al estrés.
La carne, las frutas, vegetales y lácteos bajos en grasa son perfectos para llevar una dieta balanceada y completa.
Tienen un sistema inmunológico que puede llegar a ser muy vulnerable, por lo que mantener una dieta equilibrada que incluya carnes, cítricos, verduras, frutas, legumbres y hortalizas es importante.
Se debe moderar el consumo de lácteos y en caso de ingerirlos tendrán que ser bajos en calorías, esto con el objetivo de disminuir la cantidad de lactosa.
Esta es la alimentación que debes llevar dependiendo tu tipo de sangre.