Hay proyectos que por su naturaleza están destinados a brillar y Buna es un gran ejemplo de ello. Valorar la biodiversidad de México y tomar conciencia de que construir un emprendimiento que respetara el medio ambiente y al ser humano fue fundamental.

2012 marcó el inicio de una aventura que no contaba con muchas certezas, sin embargo, había algo claro: la forma de hacer negocios podía ser diferente, más justa para todos los eslabones que estaban a punto de conformar la cadena que hoy conocemos.

Café, el orgullo de México

El territorio mexicano alberga el 10% del total de biodiversidad ¡del mundo! Y no solo eso, también se encuentra en una ubicación privilegiada donde el famoso cinturón de café lo atraviesa. Esto quiere decir que el clima y el suelo son aptos para la siembra de esta planta que nos regala una de las bebidas más preciadas del mundo.

Nuestro país cuenta con tres tipos de café con denominación de origen, en Chiapas, Veracruz y Oaxaca. No olvidemos también que se produce en un total de 14 estados incluyendo Guerrero, Hidalgo, San Luis Potosí, Jalisco, Colima, Nayarit, Estado de México, Tabasco, Morelos, Puebla y Querétaro.

Cada uno tiene sus particularidades acorde al suelo y también del ecosistema en el que se siembra; hay zonas cafeteras donde también hay cacaotales y platanales que le brindan sombra para su crecimiento y desarrollo óptimo.

Todos estos detalles el equipo de Buna los conoce y los respeta. El café como negocio puede ser más leal con los campesinos, por eso eliminaron a los intermediarios -también llamados “coyotes”- y decidieron construir una relación directa con los productores.

Poner atención en cosas básicas como las formas de sembrarlo también es uno de sus principales objetivos. Una relación de respeto con la naturaleza hace que se implementen prácticas agroecológicas que disminuyan el deterioro ambiental y cuiden el suelo fértil.

Esto no es todo, el elemento humano está presente en cada uno de los procesos. En Buna saben que el apoyo a las familias de campesinos mexicanos y el cuidado a la tierra se traduce en un bien común que trae beneficios para todos a largo plazo.

Buna, sus mezclas y productos

Su crecimiento ha sido tan sólido que actualmente no solo tienen su cafetería en la colonia Roma de la Ciudad de México y la tostadora en la Doctores; también le distribuyen a una gran cantidad de lugares del área metropolitana, este lugar lo ganaron manteniendo la calidad de sus productos.

Cuentan con cuatro mezclas de café:

Dalia 

Es una mezcla de granos de Oaxaca y Veracruz; tiene toques a chocolate, un cuerpo denso y robusto.

Los pajaritos

Su sabor es aventura, mezcla café veracruzano y oaxaqueño. Es un balance entre frutal, intenso y cremoso.

Alebrije

Es una experiencia nueva en boca, su nombre no es coincidencia, el total de los granos es de Oaxaca. Es frutal, ácido y de cuerpo medio.

Una diferencia que hace a Buna únicos es su forma de tostar. No se llevan a cabo las prácticas comunes, así que nos podemos olvidar de los términos francés, italiano, medio o ligero.

El maestro tostador, que por supuesto es experto, cata el café hasta llegar al punto deseado. Su participación es fundamental, ya que si bien, para llegar al resultado final interviene todo desde la siembra, el suelo, los árboles que brindan sombra y el tipo de procesamiento, el acto de tostar requiere una sensibilidad  particular.

En este punto todos los sentidos del maestro tostador intervienen: la vista para observar el cambio en el color y la brillantez del grano; el olfato para identificar aromas específicos que surgen en cada tipo de tueste; el oido ya que presenta sonidos que se parecen a la de una palomita de maíz a los que se les llama crack o tronido.

En suma, debe ser una persona experimentada y con una enorme sensibilidad.

Si ya se te antojo una taza de buen café visita sus redes sociales para consultar horarios.

Dirección: Orizaba 42, colonia Roma.

Facebook: @buna42

Instagram: @BunaMX