Poco se habla de la cocina en Morelos y es que, aunque su gastronomía es muy abundante por la riqueza del suelo, los platillos que le dan identidad son un tesoro muy bien guardado que de pronto se escapa al mundo: itacates, chales, frijolitos tiernos, pipián verde.
Productos e ingredientes hay de todos colores y sabores. Yecapixtla y Puente de Ixtla se llevan parte del reflector por la maravillosa cecina; el arroz con denominación de origen es un orgullo nacional y sus garnachas, como en todo el centro de México, son un imperdible al merodear por sus calles.
Sin embargo, las preparaciones largas y de técnicas ancestrales parecieran estar resguardadas bajo secreto de estado. La buena noticia es que basta con verse inmerso en las culturas morelenses para descubrirlas.
Las recetas son tan variadas como la cantidad de personas que las preparan pero hay ingredientes que dan sazón e identidad a los guisos en cada región.
En el caso de Morelos, al pipián se le construye con -mucha- pepita de calabaza seca y tostada. Justo en la cantidad se diferencia con preparaciones de otros estados y es este el sabor predominante en el plato final.
Para aromatizar se aprovechan las hojas de aguacate, que si bien son una variedad no tan potente como las michoacanas o oaxaqueñas, dan el toque distinto y una aportación al color.
El resto es historia: tueste y molido de chiles frescos, tomates, especias y la guarnición aromática que se compone de cebolla y ajo.
Son moles de fiesta. De esos que acompañan a un totol o guajolote en celebraciones especiales. En ocasiones se enriquecen con otras semillas como aquella maravillosa receta del chef Iván Quiróz de La Veladora donde abraza las pepitas de melón en un plato que no puede hacer otra cosa más que prevalecer en la memoria como un tesoro.
Aunque la especialidad de la casa en Morelos es el verde, también existen otras interpretaciones con tonos grana y hasta anaranjados. La diferencia la dan los jitomates y la variedad de chiles que, si bien se emplean frescos la mayoría de las veces, también reciben bien a los secos.
Para el fondo
Para el pipián verde