Las yemas de huevo tienen muchas formas de utilizarse. ¿Te suena la salsa holandesa o la natilla? Preparaciones diversas en sabores pero que además, dan sabores ricos y texturas espectaculares.
Tienen un alto contenido en vitaminas y minerales, entre los cuales destacan el calcio, hierro, sodio, potasio, vitamina B, vitamina B12 y K además de colina, un nutriente esencial para mejorar el sistema cognitivo.
Nunca sabrás todo lo que se puede hacer con una simple yema de huevo hasta que cocinas con ella. Por su cantidad de agua, proteínas y grasa, es un excelente emulsionante así que servirá para vinagretas, aderezos y salsas.
No sólo eso, sus enlaces permiten que pueda atrapar aire entre sus moléculas, por lo que es un ingrediente buenísimo para hacer espumas y preparaciones con mucho volumen.
Salado o dulce, el plato que tiene yemas de huevo entre sus ingredientes es garantía.
Forma parte de las cinco salsas madre de la cocina francesa. Mantequilla clarificada, yemas y limón emulsionadas con mucha paciencia a baño maría son la base para prepararla y aunque hay muchas variaciones, amamos la simpleza de un buen aderezo como este.
Perfecta para acompañar unos huevos benedictinos o proteínas como pescado y mariscos.
Lo podemos utilizar para aderezar una buena ensalada o en los bastoncitos de verduras acompañados de unos buenos boneless.
Para hacerlo en casa, tritura un ajo con dos anchoas; a eso agrega limón, una yema y mostaza hasta que todo esté integrado. Posteriormente, vierte 60 mililitros de aceite de oliva lentamente, agrega 50 gramos de queso parmesano, revuelve, prueba y salpimienta.
Es una bebida originaria de Bélgica, la cual lleva como base yemas de huevo, ginebra o brandy y se aromatiza con café o chocolate.
Se sirve frío y hay gente que lo acompaña con helado de vainilla, también es ideal para tomar en invierno. Es muy parecido a lo que en México conocemos como rompope.
Además de delicioso, hacerlo es muy fácil. Esa cobertura de azúcar que tiene en la superficie pone a babear a cualquier persona que disfrute de un rico postre.
Yemas de huevo, azúcar, vainilla y crema para batir son los cuatro ingredientes para crear esta maravilla.
¿Se te antojo? Esta receta es fácil y muy rápida de hacer.
Es uno de los postres más queridos de España gracias a su sabor y cremosidad, es uno de los más conocidos alrededor del mundo y México tiene más de una versión que le rinde tributo.
Tiene muchas variaciones pero una de las más lucidoras es la de vainilla con un toque aromático de canela. Para hacerla se necesitan yemas de huevo, azúcar y leche.
Forma parte de la gastronomía de Argentina y Uruguay; sin embargo es uno de los postres característicos de Italia. Se cocina con crema, yemas de huevo, azúcar, vino o jerez.
La base son yemas blanqueadas que se cuecen con un almíbar de azúcar de caña para después aromatizarse. Este procedimiento también puede realizarse a baño maría para que sea más sencillo.
Se puede comer frío, caliente o hasta como helado, mucha gente le agrega frutas para equilibrar el dulzor con toques ácidos.
Aunque existen muchas creencias de que comerla puede llegar a ser peligroso, no podemos negar que es una buena opción para cambiarle al menú de diario.
Este platillo está hecho con alguna proteína animal, puede ser carne de res, salmón o atún y va acompañado de un sinfín de guarniciones como alcaparras, cebollín, ajo y cebolla. La función de la yema en este platillo es integrar todos los ingredientes en un sabor maravilloso.
Yemas de huevo y azúcar son los ingredientes principales para elaborar este postre que tiene su origen en España.
Para hacerlos se baten las yemas y se agrega azúcar, se mezcla hasta que todo esté completamente integrado -puede hacerse a temperatura ambiente o en baño María-.
Posteriormente se deja enfriar la mezcla y con ella se hacen bolitas. Van espolvoreadas con azúcar y en capacillos.
Puede utilizarse para el relleno de algún bizcocho, para coronar un postre o como crema para decorar algún pastel. En Reino Unido era muy común que se sirviera a la hora del té con scones.
Para prepararla se necesitan yemas de huevo, limón, mantequilla y azúcar; -hay personas que también le agregan ralladura de limón- se bate a fuego lento hasta que quede un poco espesa y doble su volumen.
La crema de limón se puede elaborar de la fruta que se te antoje.
Es una preparación que se utiliza para decorar alimentos, sobre todo en la repostería. Está elaborada con un azúcar cocida que debe llegar a los 100°C y después se agregan las yemas.
Hay que dejar reposar y después poner en mangas pasteleras con boquillas muy pequeñas para dar el efecto de hilo.
Es muy parecida al crème brûlée; sin embargo, la diferencia radica en la cocción y en la adición de harina para espesar.
Se prepara con azúcar, leche, yemas y harina de trigo o maíz y posteriormente se hierve en una cazuela hasta que espese y se deja enfriar.
Finalmente se le espolvorea azúcar y se flamea para obtener esa dulce costra que tanto gusta.
Este es un postre que normalmente se prepara en épocas decembrinas y tiene su origen en Cataluña.
Se comenzó a hacer para no desperdiciar las yemas que sobraban del turrón blando, el cual es elaborado con miel, almendras y claras de huevo.
Es una de las preparaciones base más utilizadas en la repostería, está elaborado de yemas de huevo, azúcar, leche, canela, vainilla y fécula de maíz.
Para hacerla se debe poner a hervir la leche con la vainilla, en otro recipiente mezclar la fécula de maíz con las yemas y el azúcar, agregar la preparación de leche y vainilla y poner a fuego lento hasta que tome una consistencia espesa.
¿Te sobró jugo de naranja del desayuno? ¡No lo desperdicies! Puedes utilizarlo para preparar esta bebida sin alcohol; lo único que deberás hacer es agregarlo en un shaker junto con una yema de huevo, hielos y un toque de limón.
Si lo prefieres puedes agregar un poco de jugo de toronja o durazno.
Así tendrás una bebida refrescante para el calor y llena de energía para arrancar el día.