Por su nombre podría creerse que se trata de otra receta de panqué de plátano pero no. El monkey bread es una receta mucho más original que debe su nombre a lo fácil que puede comerse con las manos, así como lo hacen los monitos.
Si te gusta el budín de pan y eres de esos aficionados al maravilloso aroma que resulta de hornear con azúcar y canela, este postre es para ti. Además, el bonus extra de sabor y textura viene con pequeños lardones de tocino crujiente que completan la ecuación y vuelven todo perfecto.
Esta rosca es el resultado de hornear trozos de masa pequeños que juntos formen una sola pieza. Para dividirlos -y también para unir- se utiliza azúcar que, con el calor, logra caramelizarse y lograr un sabor inigualable. Entre las bolitas está el equilibrio: lonchitas de tocino que dan salinidad y umami.
El truco es sencillo: remojar trozos de pan en mantequilla derretida, después espolvorear de azúcar y canela y colocar en un molde de pastel. Sin embargo, hay distintas formas de lograrlo, la más sencilla es aprovechar el pan viejo pero puede llegar a ser tan complejo y enriquecedor como hacerlo desde cero; el parámetro lo eliges tú.
Lo que sí te decimos es que el resultado es un postre dulce y especiado al que además se le puede agregar miel de maple para chopear. La idea de que sean pequeños trocitos es que pueda comerse con la mano así que eso de pellizcar el pastel en este caso sí está permitido.
¿Qué te parece si agregas un poco de salsa de chocolate o caramelo salado en la parte superior? Para los golosos esto será el paraíso que, junto a una bola de helado, es el mejor de los mundos posibles.