Hasta al mejor cocinero se le pueden ir ciertos detalles. ¿Qué nos dices de esos recipientes que conservan el olor a comida después de tenerlos almacenados varios días? Lo de menos es la mancha que le quedará, quitar el mal olor será el verdadero reto.
Existen algunos trucos que puedes aplicar para facilitarte esta tarea que generalmente sucede con vasos, copas, recipientes para almacenar y hasta algunos platos. Te los compartimos.
Esta opción es tal vez la más conocida y ¡cómo no! Estos dos ingredientes sirven no solo para quitar el mal olor de los trastes, también de ropa, zapatos y más; es el primer remedio que nos dan nuestras abuelas.
Para que funcione prepara una mezcla de agua -de preferencia tibia-, una taza de vinagre y media taza de bicarbonato en una tina grande. Lava tus trastes como lo haces normalmente y una vez que estén sin jabón sumérgelos durante media hora y revisa; si es necesario déjalos más tiempo.
Si el olor no está tan impregnado puedes agregar dos cucharadas de vinagre y una de bicarbonato a tu mezcla de jabón y lavarlos así, no será necesario remojar.
Una combinación perfecta para taquitos pero también es efectiva para esos recipientes que tienen olores impregnados no tan fuertes. Lo único que debes hacer es cortar un limón por la mitad, llenarlo de sal y frotar tus trastes.
Este truco no solo neutraliza olores, también te ayudará con esa grasa difícil de quitar. ¡Aguas! No lo utilices en sartenes o refractarios ya que puede rayarlos.
Esta vez no usaremos el cloro para desinfectar, así que si lo mezclas con jabón no hará ninguna diferencia más que en quitar esos olores difíciles. Lava tus trastes como acostumbras, enjuaga bien y deja secar.
Si esos olores no ceden prepara una tina grande con agua y media taza de cloro, déjalos sumergidos hasta que ya no tenga mal olor.
En una olla calienta agua y cuando suelte el primer hervor agrega tres cucharadas de sal; una vez disuelta, agrega el recipiente o traste que tenga un mal olor impregnado.
Es un método bastante efectivo por la temperatura y también por la sal. Espera cinco minutos y apaga, aprovecha la temperatura residual y déjalos sumergidos hasta que se enfríen. Posteriormente lava de forma habitual.
Este es otro consejo que transmiten las abuelas de generación en generación. Sirve si tus trastes no tienen un olor tan fuerte y consiste en exprimir el jugo de un limón en la mezcla de jabón que utilizas normalmente.
Sentirás que ya no hace tanta espuma como antes pero no te preocupes, aún así sigue limpiando bien y sin dejar malos olores.
Si tienes periódico entre tus cosas no lo tires, tal vez sea útil después para quitar el mal olor de tus trastes. Esto se debe al tipo de papel con el que está hecho que es perfecto para absorber.
Basta con que dejes envueltos tus trastes durante la noche y al otro día ya no notarás ningún olor. ¡Completamente efectivo!