El empaque del café es casi tan importante como todo el proceso por el que pasa el grano antes de llegar ahí. Es lo que puede hacer la diferencia entre un aroma mediocre o más bien hacer que sus características se mantengan intactas.
El café que finalmente llega hasta tu taza pasa por un camino largo desde la siembra, la cosecha, el tostado, el transporte y el empacado. Cada uno de estos pasos son fundamentales para conservar la calidad del resultado final, es decir, la bebida que disfrutas.
¿Qué conserva un buen empaque de café?
Puedes beber café por distintas razones, ya sea para activarte al inicio del día o mantenerte despierto, por sus propiedades nutricionales y antioxidantes o simplemente por el gusto de disfrutar los sabores y aromas únicos.
Al final, cada taza es especial por sus características y se disfruta de distintas maneras pero ¿qué mejor que aprovechar todas las cualidades de un buen grano?
Entre las opciones para el empaque de café en grano se encuentran los frascos de vidrio, botes de aluminio y bolsas de papel, cartón o materiales plásticos. Cualquier opción que elijas debe tener un sellado hermético que no permita el ingreso de oxígeno y esté protegido de la luz y la humedad.
El contacto con el oxígeno del exterior hace que el café pierda su sabor y aroma originales ya que lo oxida. Por otro lado, si está en un ambiente húmedo puede propiciar la aparición de bacterias y hongos dentro de la bolsa, echándolo todo a perder.
Por todo lo anterior, más vale que el empaque sea de calidad y hermético. Si va a pasar un periodo largo en almacenamiento y con trayectos de traslado amplios, debe ser resistente para que no se desgarre.
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Una opción que surgió en los últimos años es empacarlo en bolsas de un material parecido al aluminio y con una especie de válvula.
Esto cumple con una función: desgasificar el producto, es decir, mantener una atmósfera dentro del empaque rica en dióxido de carbono y pobre en oxígeno. Esto ayuda a que el grano se conserve bien durante meses ya que solo permite la salida de gases y no la entrada.
Los productores saben que entre mejor conserven su café después de tostarlo más calidad tendrá y esto se reflejará en ganancias y retorno de inversión.
Sin embargo, la calidad puede significar un aumento en el costo, por eso es importante ser conscientes para saber que esto se reflejará en el resultado final de nuestra taza.
Las mejores maneras de almacenarlo
Si tu distribuidor de café de confianza no lo empaca con válvula tampoco te agobies, una vez que compres esa bolsa tú puedes almacenarlo de manera correcta.
Esto significa que deberás guardarlo en un envase o bolsa hermética sin que le dé la luz y a temperatura ambiente.
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En un estudio de hace pocos años se descubrió que congelar los granos de café hace que la molienda sea mucho más uniforme y por lo tanto el resultado en taza aumente considerablemente su calidad.
Recuerda que la molienda para cada método es distinta y al final la suma de los detalles hace la gran diferencia.
Si tu café es de calidad, tiene el tostado que te gusta, está empacado correctamente y lo mueles justo antes de preparar tu taza y con el grosor correcto el éxito está garantizado.
