Pediste pizza y, aunque estuvo deliciosa no lograste terminártela. Es una gran noticia porque ¡tendrás desayuno -y quizás hasta comida- al otro día! Nadie echar a perder esa rebanada que sobró, así que te tenemos los mejores trucos para recalentar sin que se haga chiclosa o dura.
La pizza es uno de esos alimentos tan llenos de sabor que incluso es rico comerla fría; sin embargo, nada se compara a ese triángulo que desborda queso y nos hace salivar con sus aromas.
Quizás parezca tan fácil como abrir el horno de microondas y ya pero volverla a la vida como recién salida del horno tiene su chiste.
La salsa de tomate, por ejemplo, hará que la corteza se humedezca después de un tiempo. Por su parte, el queso podría sacar toda su grasa cuando se calienta más de una vez o los ingredientes que la componen podrían secarse de más.
Sabemos lo valiosa que es cada rebanada, así que nos pusimos a experimentar las mejores formas de recalentar pizza para que elijas la que más te convenza.
Por cierto, no olvides que al guardarla lo mejor es que esté cerrada herméticamente para que no se seque. Esto quiere decir ¡di no a las cajas en los refrigeradores!
Puede ser el método para recalentar pizza que la mayoría ha utilizado pues es realmente fácil; algunos hornos incluso tienen un botón programado o basta con colocar de 45 segundos a un minuto.
El problema es que el queso queda completamente derretido y la grasa se desparrama; de hecho, difícilmente obtendrás una base crujiente ya que el agua de los alimentos se convierte en vapor y los humedece.
Hay un truco que por contradictorio que parezca funciona. Coloca un vaso de agua para reducir la potencia con la que se recalienta la pizza. Puede ser una opción aceptable porque es rápido, sin embargo, si de plano la quieres crujiente no utilices el microondas.
No es que vayas a prender el asador solamente para recalentar tu pizza (o tal vez sí) pero si por algún motivo ya está funcionando y decides colocar esa rebanada del día anterior para comerla mientras cocinas tu carnita asada, no es una mala idea.
En el asador la pizza tarda alrededor de 10 minutos o menos para calentarse. El gran beneficio es en la masa ya que se hace crujiente aunque debes estar al pendiente de que no se queme.
El queso queda derretido y sin hacerse grasoso, si ya tienes la parrilla prendida sin duda vale la pena que lo intentes.
Si le entraste a la moda de la freidora de aire y tienes una en casa más vale sacarle todo el provecho posible. Este método tiene la fama de hacer los alimentos crujientes sin la necesidad de usar aceite para lograrlo.
Por raro que parezca, el queso de la rebanada quedará perfectamente caliente y sin desprender grasa pero la masa quedará algo chiclosa.
Si tienes una en casa inténtalo, es rápido y no ensucias básicamente nada; solo colócala en la canasta y revisa cada 30 segundos, estará ahí dentro en promedio unos 4 minutos.
Poco podría salir mal al calentar pizza en horno ya que básicamente así se cocina desde cero.
Puedes hornear tu rebanada incluso sin esperar a precalentar y no pasa nada, te lo aseguramos. Lo mejor para este método es colocarla en una charola con un poco de papel aluminio para evitar que se seque, otro consejo es ponerla en la parte más baja para que le llegue más calorcito.
El aumento gradual de temperatura la va a calentar de abajo hacia arriba y cuando la saques estará lo más parecido a una pizza recién hecha. Tarda alrededor de 20 minutos en estar lista y crujiente.
Tal vez no tengas ninguno de los métodos anteriores pero sí un sartén y estufa así que estarás preparado para recalentar pizza sin mayor complicación. Puedes simplemente ponerla ahí y esperar a que el queso comience a derretirse o hacerlo con una técnica distinta.
Aquí te va este consejo. Coloca la rebanada en el sartén sin tapa hasta que la corteza comience a verse crujiente y el queso empiece a verse brillante; luego agrega unas gotas de agua un tanto alejadas de la pizza y tapa durante un minuto. De esta manera el queso se derretirá con el vapor. Tarda unos seis a siete minutos en estar lista.