Tener alimentos frescos en casa siempre es una gran decisión; más si se trata de productos que puedas plantar, cuidar y conservar como las hierbas aromáticas. Hay trucos que ayudan a mantenerlas en buen estado, aunque también existe la posibilidad de aprender a secar correctamente para mantener sus propiedades intactas.
La ventaja más notoria de este método de conservación es la duración. No siempre es fácil conseguir exactamente la cantidad que se necesita; más bien se venden en manojos abundantes donde mucho del producto termina en la basura. Al secar hierbas, su vida útil se puede alargar incluso años.
La deshidratación de las hojas hace imposible que se pudran o echen a perder mientras que se mantienen sus propiedades y aromas intactos. Bien almacenadas -es decir, en un recipiente hermético y en la oscuridad- pueden durar mucho tiempo en buen estado.
Si ya te animaste a tener tu huerto casero, recuerda que podar las plantas es importante para que sigan creciendo; con esto seguramente tendrás más de las que puedas consumir en fresco, así que opta por formas de conservarlas de otro modo.
Fernando Zorrilla, fundador de Opus Terra, nos contó que lo más recomendable es poner a secar hierbas que no tengan tanta humedad para que así permanezcan por más tiempo los aceites esenciales.
¿Cuáles son las más recomendables? Romero, orégano, tomillo, lavanda y té cedrón. Las que es mejor consumir frescas son cilantro, toronjil, cebollín y albahaca.
“Entre menos cantidad de agua tenga, la hierba se seca mejor.” Fernando Zorrilla.
Afortunadamente existen técnicas muy útiles que te ayudarán a secar tus hierbas, escoge el que te convenga y el que esté a tus posibilidades.
Esta es una de las técnicas más sencillas de llevar a cabo, en tiempos pasados nuestros ancestros -sobre todo los herbolarios- ponían las hierbas en ramos a secar al sol para después deshojarlas y almacenarlas en frascos de vidrio.
Lo único que debes hacer es poner un lazo en tu zotehuela o en una ventana donde dé el sol para que ahí coloques las hierbas atadas por un hilo y boca abajo. Antes de colgarlos verifica que estén bien amarrados para que no se rompan.
Una vez que la humedad desaparezca, descuélgalos con mucho cuidado para que no se desperdicie nada, quita los tallos y almacena las hojas en frascos herméticos.
Otra de las alternativas para secar hierbas es hacerlo en el microondas. Lo primero que debes hacer es separar las hojas del tallo y posteriormente lavarlas.
Una vez que estén limpias introdúcelas en el horno sobre una toalla absorbente; déjalas durante 30 segundos o hasta que queden secas por completo, retíralas y guárdalas.
No te preocupes si no tienes horno de microondas, también puedes secar hierbas en tu horno de gas o eléctrico. La manera más fácil de hacerlo es colocar un papel encerado en una charola y después poner las hojas, esta te ayudará a que no se peguen.
Lo siguiente que deberás hacer es calentar el horno a la temperatura más baja y dejarlas durante 20 minutos o hasta que veas que se secaron. ¿Cómo saber si ya está listas? Las hojas se desmoronarán fácilmente.
Una forma de secar hierbas es deshidratándolas, sobre todo si tienes grandes cantidades o compraste hierbas a granel. Utiliza un sartén que permita poner una malla o colador encima para que no se caigan y puedan secaarse ahí.
Lo único que tendrás que hacer es poner todo a fuego lento y esperar a que se sequen, mueve constantemente y ten cuidado de no quemarlas.