Preparaste tu molde con aceite y papel encerado, hiciste mediciones y -según tú- seguiste todas las instrucciones pero en el último paso, en ese de desmoldar el pan de pastel se rompió. Parece una historia de terror y más si tienes el tiempo encima.
En varios pedazos o solo por la mitad, no solo se rompió el pan de pastel sino también tu corazón. Por fortuna esto tiene solución, ya sea que trates de repararlo y seguir con los planes o que la mejor idea sea jalar de la creatividad y crear otro postre.
Si se rompió tu pan de pastel, ese que te esmeraste tanto en preparar, puede haber distintas razones por las que sucedió. Aunque más vale buscar la solución, también es importante analizar el proceso y encontrar el error para que no vuelva a pasar.
Lo más común es que haya sido porque no preparaste lo suficientemente bien tus moldes. Se deben engrasar tanto de las paredes como de la base asegurándote de cubrir toda la superficie y las esquinas; acto seguido, vierte una capa de harina o pan molido. Si eres primerizo tal vez valdría la pena engrasar doble y colocar un poco de papel encerado en el fondo.
Una vez que hayas hecho este paso mantén tu en refrigeración en lo que es momento de usarlo.
Otra cosa que pudo suceder es que el horno estaba demasiado caliente, más de lo recomendado. Si colocaste la temperatura de acuerdo con las instrucciones tal vez ya tenga ciertas variaciones así que te recomendamos adquirir un termómetro para horno.
También puede ocurrir que no mezclaste lo suficiente tus ingredientes y que los grumos de harina hicieron de las suyas. Recuerda asegurarte de que no haya manchas secas en tu mezcla, esto evitará que haya puntos débiles una vez que esté horneado.
Asegúrate de que estás utilizando la cantidad exacta de ingredientes. Podrás presagiar un desmoronamiento inminente si ves la masa muy líquida así que si ya tienes buen ojo, agrega un poquito más de harina sin exagerar.
En la cocina la paciencia es un ingrediente clave y fundamental. Una vez que tu pan de pastel ya está listo, no lo desmoldes cuando aún está caliente, es importante que no lo dejes enfríar en el horno aunque ya lo hayas apagado.
Una vez afuera coloca sobre una rejilla para que el aire circule y no se pegue en la base, espera al menos 15 minutos o hasta que esté a temperatura ambiente. Pasa un cuchillo o una pala fina en el borde y voltéalo sobre una superficie estable. Ahora sí, ese pan está listo para el siguiente paso.
Ni modo, el daño está hecho y no podemos regresar el tiempo, el pan de pastel ya está roto, ahora a buscar una solución.
Primero, dependiendo de cómo se rompió la mejor opción podría ser pegarlo de nuevo y para esto el betún o glaseado puede ser la herramienta perfecta. Piensa en una pieza de cerámica y así mismo distribuye y extiende a lo largo de la grieta para que el pastel se sostenga.
Tampoco abuses del betún ya que lo puede hacer demasiado pesado y al final terminará por separarse de nuevo. Si esta opción te funciona nadie lo notará una vez que el pastel esté montado.
Bueno, después de admitir que tal vez el daño de nuestro pastel es irreparable, una solución sin desperdiciar es hacer un pastel más pequeño o varios. Corta del mismo tamaño todos los trozos y trátalos como individuales. Rellena, decora y refrigera todos por igual.
También puedes hacer un nuevo postre cortando en cubos todo tu pan de pastel empapar con tres leches y añadir, mermelada, crema batida y hasta betún en la superficie, una nueva forma de comerlo.
Una idea que a los más pequeños de la casa les encantará e incluso pueden ayudar es hacer cake pops o bolitas de pastel. Solo tienes que formarlas con el mismo pan y para mantenerlos en esa forma utilizar chocolate y hasta caramelo y refrigerar después para que se solidifique.
Para los mexicanos la creatividad es natural así que puedes utilizar tu pan de pastel roto para hacer budín, solo sustituye el pan y listo. Ya que estamos en esto imagínate hacer una capirotada con este pan, no suena nada mal.
Por último si lo mejor es hacer uno nuevo y comenzar de cero no tires este, aprovecha para hacer migajas y cubrir helados, yogurt, platos de fruta y hasta como decoración de otros pasteles. Solo desmorona o corta en pedazos muy pequeños, extiendelo en una charola y llevalo al horno a unos 150°C hasta que esté dorado y listo.