Se dice que la primera receta de flan fue inventada por los romanos, aunque tal vez haya sido copiada a los griegos: una mezcla simple de huevos con leche y si acaso un poco de miel. Al paso del tiempo ha cambiado para ser uno de los postres favoritos de los mexicanos.
Nos gusta lo cremoso y lo dulce. Hemos echado a volar la imaginación e incluso se ha agregado queso a la preparación original para hacerlo más sabroso. Cuando se integra este ingrediente tenemos un verdadero flan napolitano y aunque nada tiene que ver con Nápoles, es una joya gastronómica que conquista cualquier latitud.
Si se siguen las instrucciones de una receta difícilmente será un desastre; sin embargo, cuando sentimos que tenemos control de la situación y nos ponemos creativos en la cocina, las cosas pueden salir mal. Si es la primera vez que haces flan, aquí van unos tips para que te quede de campeonato.
Una de las cosas que más emociona de este postre es la capa oscura de arriba que le da el toque dulce más maravilloso del planeta. Se hace a partir de derretir azúcar pero por más sencillo que suene, tiene sus trucos.
Utiliza una variedad blanca y refinada ya que si te pones creativo con mascabado se puede quemar y amargar el flan. Por otro lado, si utilizas algún sustituto como sucralosa o estevia definitivamente no va a caramelizar y va a quedar horrible.
Acepta las calorías, ama los carbohidratos y disfrútalos en tu postre.
Otra anotación para el caramelo es no humedecer con agua el azúcar ya que al momento de cocinar el flan tardará mucho más en derretirse. También considera que debe manipularse al fuego; si quieres ahorrarte este paso y hacerlo en el horno de microondas simplemente no funcionará.
El caramelo se puede considerar una de las quemaduras más graves dentro de la cocina así que extrema precauciones al prepararlo y no lo toques con los dedos por ningún motivo.
No utilices pala de madera porque será imposible lavarla. Recurre mejor al silicón o a acero inoxidable.
Cuando es una receta de flan de coco, vainilla, café o chocolate, dichos ingredientes deben integrarse a la preparación siempre integrándolos previamente y no mientras se bate con los huevos. Una buena idea es infusionar la leche para que sean sabores más profundos.
Al mezclar -ya sea manualmente, en batidora o en licuadora- no lo hagas durante mucho tiempo. Cuando se bate de más, la mezcla adquiere más aire o espuma y esto se traduce en una capa tipo nata al hornear. Si ves que tu preparación tiene una espuma retírala con una cuchara.
Eso sí, si eres tímido para integrar los ingredientes, el flan napolitano tendrá un sabor predominante a huevo y eso no le gusta a nadie.
En la preparación de panes y panqués se recomienda llenar solo al 70% del recipiente; con el flan puedes tener la libertad de llenarlo solo un par de milímetros por debajo ya que no va a esponjar gran cosa. La cocción es húmeda, es decir, con baño maría o vapor.
Para tener una preparación más profesional puedes utilizar una flanera con tapa para evitar que el agua entre. En caso de que no cuentes con este aditamento utiliza un molde de una sola pieza (evita los desmoldables) y cubre con papel aluminio o encerado.
Siempre, ya sea en horno o en estufa utiliza el baño María, esto funciona para dos cosas. Primero, permite que el caramelo no se queme y termine por amargarse; segundo, que el calor se distribuya uniformemente en todo el flan.
Por último, el tiempo de cocción. Si la haces en horno recuerda precalentar y tener una temperatura de 150 a 180°C. Tarda entre 35 y 45 minutos y un poco más de una hora en estufa.
Ahora sí te compartimos la receta de flan napolitano con y sin horno.
Para el caramelo
Para el flan
Procedimiento en horno
Procedimiento en estufa